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LA NUEZ DE ARRIBA: TEJER LOS VESTIDOS...

TEJER LOS VESTIDOS
En la provincia de Burgos no encontramos con dos elementos naturales del tejido: la lana y el lino que han vestido secularmente a sus habitantes. El lino se cultivaba en algunos pueblos de la provincia; en nuestra tierra, no. En nuestro pueblo se tejía solamente la lana.
La lana era entregada por las ovejas a la entrada del verano. El esquilador, que generalmente era el pastor, cortaba con unas tijeras grandes la lana de las ovejas y en la misma casa del labrador; por aquello de que "la oveja tras la reja". Todo vecino poseía alguna cabeza lanares.
En Burgos había rebaños de ovejas merinas y de ovejas churras. Aquellos aportaban una lana finísima que era la envidia de Europa y generaba una de las riquezas más notorias de Castilla. La lana de las ovejas churras era más basta. Era la de nuestras ovejas, las ovejas de nuestro pueblo.
En los pueblos más promocionados de la provincia existían los esquiladores, los lavadores, los cardadores y los tejedores. En aquellos pueblos del valle, en la misma casa se realizaban estas operaciones.
El ama de la casa lavaba la lana esquilada. Con unos cepillos grandes de púas la cardaba y la dejaba esponjosa. No todas las amas eran especialmente prácticas en el cardado; había algunas más diestras, y a ellas, algunas veces, se les encargaba el cardado.
Así trabajada la lana, se colocaba un gran copo de ella en la rueca. Debajo de un sobaco se la sostenía y con la otra mano se iba extrayendo suavemente del copo de la rueca algún mechoncito de lana haciendo la hebra para después, haciendo girar el huso, irla devanando en el mismo.
Con las hebras del huso se confeccionaban los ovillos.
Ya sabían aquellas sabias mujeres los ovillos que necesitaban para hacer un jersey o un refajo o una bufanda.
Todas tenían diferentes clases de varillas, unas más gruesas para tejer los jerséis; otras más finas para las rebecas. Puntada a puntada, en aquellos inviernos largos, salían de sus manos jerséis, rebecas, bufandas, fajas, refajos, guantes, lugas, calcetines, chapines, etc.
El teñido solía hacerse en casa.
Ya teníamos los miembros de la casa ropa de abrigo para soportar los rigores de aquellos inviernos.