Compramos energía a futuro

LA NUEZ DE ARRIBA: CÚBREME...

CÚBREME

Madre, tú eres mi savia y mi rocío,
el hálito que me hace resistir;
Si me dejas, no quiero ya existir,
pues, el mundo será mi desvarío.

Eres timón y quilla en mi navío,
dársena cierta donde persistir;
por ti, jamás habré de desistir
del rumbo que me diste tú con brío.

Tus ojos son mi luz y mi firmeza,
tus brazos, mi sostén y mi cimiento
y tu rostro, mi faro de certeza.

Cúbreme con tu mano de entereza,
insúflame las velas con tu aliento
y apriétame en tu pecho de pureza.

Yo tengo la tristeza
de haberla despedido muy temprano;
siento un desgarro estoico ya lejano.