! Ah la buscada, la deseada, la maltratada, la asesinada libertad!...
Mi estimada amiga, no hay libertad para quienes, habitan chabolas, duermen entre cartones... esto en el mundo rico.
No hay libertad, para los niños que no tienen juguetes, que antes de aprender a conocen el mundo, se van de el, en su triste inocencia. No hay libertad para las madres que paren, en algún lugar de la tierra, de cualquier manera.
No hay bufanda para los rostros, que vierten lágrimas en el frío ni abrigos para los cuerpos ateridos... No hay libertad para aquellos que tienen sus palabras secuestradas.
Pero mi muy estimada amiga Victoria, al menos lacemos ese grito, por si se despiertan conciencias dormidas. por si de una vez, en la maltratada Tierra, brotan villancicos de paz, y no tiriten tantos belenes, en estruendos de fusiles... Creo que me escribiré algo, para escuchar mi voz, acusadora... me lo están pidiendo, mil gritos agonizantes el el frío.
Muchachos, de esa provincia que en la que mil veces, he paseado mi modesto coche, desearos unas felices fiestas, y tomad de la vida lo que os ofrece, en la amistad entre los pueblos, y si sabéis y lo deseáis, cantad un villancico en
LIBERTAD.
Mi estimada amiga, no hay libertad para quienes, habitan chabolas, duermen entre cartones... esto en el mundo rico.
No hay libertad, para los niños que no tienen juguetes, que antes de aprender a conocen el mundo, se van de el, en su triste inocencia. No hay libertad para las madres que paren, en algún lugar de la tierra, de cualquier manera.
No hay bufanda para los rostros, que vierten lágrimas en el frío ni abrigos para los cuerpos ateridos... No hay libertad para aquellos que tienen sus palabras secuestradas.
Pero mi muy estimada amiga Victoria, al menos lacemos ese grito, por si se despiertan conciencias dormidas. por si de una vez, en la maltratada Tierra, brotan villancicos de paz, y no tiriten tantos belenes, en estruendos de fusiles... Creo que me escribiré algo, para escuchar mi voz, acusadora... me lo están pidiendo, mil gritos agonizantes el el frío.
Muchachos, de esa provincia que en la que mil veces, he paseado mi modesto coche, desearos unas felices fiestas, y tomad de la vida lo que os ofrece, en la amistad entre los pueblos, y si sabéis y lo deseáis, cantad un villancico en
LIBERTAD.
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