De hirsuta cola y retorcido cuerno,
ya lo circunda enjambre numeroso
de los feos señores del Infierno,
más feroces que toros en el coso.
Prueba de ellos a huir; y a cualquier lado
un furioso demonio ve delante;
crudos hieren su cuerpo desdichado
con saetas de fuego penetrante,
cuyo incendio con tal viveza siente,
que súbito del sueño se recuerda,
dando por el terror diente con diente,
temblando todo cual vibrada cuerda.
ya lo circunda enjambre numeroso
de los feos señores del Infierno,
más feroces que toros en el coso.
Prueba de ellos a huir; y a cualquier lado
un furioso demonio ve delante;
crudos hieren su cuerpo desdichado
con saetas de fuego penetrante,
cuyo incendio con tal viveza siente,
que súbito del sueño se recuerda,
dando por el terror diente con diente,
temblando todo cual vibrada cuerda.