Ambas sabemos que no es nuestro fuerte la cursilería,
ya que somos unas malditas convenencieras arpías, pero te quiero…
Te quiero decir que tú has sido una gran
amiga,
una gran compañera en las buenas y en las malas,
y a la que he acudido para obtener sabias palabras.
Y aunque dices muchas, pero muchas tonterías,
siempre has estado ahí, para alegrarme el alma.