Ella me pregunta,
que porque quiero parar,
y yo le respongo,
porque no te quiero amar.
Sus manos son cadenas,
me agarran, no me sueltan,
no me dejan escapar.
Y de pronto recuerdo,
porque ya no la quiero,
no es ella con quien sueño.
Me alaga que me quieras amar,
pero demasiado tarde llegastes,
contigo no quiero estar ya.
... (ver texto completo)