LA NUEZ DE ARRIBA (Burgos)

En la era (foto antigua)
Foto enviada por Victoria Serna,

En mi buena vida con amor tendré prudencia, paciencia y respeto hacia mis amistades, familiares, vecinos y desconocidos. Podrían presentarse desaveniencias en algunos tópicos que considería muy importantes para mí, pero actuando sin alterarme, podré manejar la situación correctamente. Mantendré con firmeza mis puntos de vista, pero también respetaré la firmeza que otros tengan en los propios y trataré de llegar a un feliz acuerdo o de dar por terminado el tema sin acuerdos, pero siempre con un total ... (ver texto completo)
En mi buena vida con amor, ¿Amanecí hoy con un sentimiento de creerme con super-poderes, arrogante, infalible, totalmente superior a mis semejantes? Si así fue, me sentaré tranquilamente y tomaré conciencia de lo frágiles que somos. No somos más que un soplo de tiempo dentro de la eternidad. Pensaré que es de mucho mejor provecho sentirme humilde pero con capacidad para desarrollar mis proyectos y trabajar feliz en conjunto con mis semejantes, sin arrogancias de ninguna clase.
Sabido es que, en todas las culturas, los sueños se atribuyen tradicionalmente a los jóvenes y los recuerdos a los ancianos. S. Schereiner
Buenas tardes Puri una feliz tarde
Un abrazoooooooooo
El nombre no le den de su bautismo.
Se soltò de su casta y de su carne
sumiò la canturía de su sangre
y la balada de su adolescencia.
En el mismo instante en que Narciso se transformó en flor, Eco se desmoronó en la hierba, muerta de amor. El cuerpo de Eco nunca se pudo encontrar pero en los montes y valles de cualquier parte del mundo, aún responde a las últimas sílabas de las voces humanas.
La menospreciada Eco se refugia en el espesor del bosque. Consumida por su terrible pasión, delira, se enfurece y piensa: «Ojalá cuando él ame como yo le amo, se desespere como me desespero yo».
Némesis, diosa de la venganza, escuchó su ruego. En un tranquilo valle había una laguna, de aguas claras, que jamás había sido enturbiada, ni por el cieno, ni por los hocicos de los ganados. A esa laguna llegó Narciso y, cuando se tumbó en la hierba para beber, Cupido le clavó, por la espalda, su flecha ... (ver texto completo)
Eco se enamoró de Narciso nada más verlo y le fue siguiendo sin que él se diera cuenta. Cuando se decidió a acercarse las palabras se negaron a salir de su boca y se ocultó detrás de un árbol seco.
Mientras tanto Narciso hablaba con las flores del bosque:
- Hermosa flor, flor olorosa...
- Rosa, -repitió Eco-.
Narciso escuchó la voz de Eco y gritó:
- ¿Hay alguien por aquí?
- Aquí, aquí, -respondió la ninfa-.
Narciso, al oír a Eco, contestó:
- ¿Quién se oculta cerca de ese árbol seco?
Y la ... (ver texto completo)
Creció Narciso, con tales gracias que las mujeres le perseguían para amarle, pero él las rechazaba a todas. Un día que Narciso paseaba por el bosque le sorprendió la ninfa Eco que había sido castigada por la diosa Hera, esposa de Zeus, a que jamás podría hablar por completo; su boca sólo podría pronunciar las últimas sílabas de aquello que escuchara.
Narciso, hijo del río Céfiso y la bella Liríope, era tan hermoso que desde el momento de nacer fue amado por todas las ninfas. Su madre acudió al adivino Tiresias para que le pronosticara si su hijo viviría muchos años. La respuesta, fue:
- Tu hijo vivirá muchos años si no se ve a sí mismo.
El viento, entre los varios arreboles
del resplandor, Madrid, que a ti reduces
cielo humano te vio, divino suelo:
dudó dos cielos y creyó dos soles,
admirando, confuso entre dos luces,
brillando el campo y cultivando el cielo;
que con santo desvelo
Isidro le labraba con el llanto,
ángeles con su gloria le ilustraban,
y el viento, que abrasaban ... (ver texto completo)
Coronadas de luz las sienes bellas,
conduce el sol su luminoso coche
a la estación donde madruga el día;
quitó el prestado honor a las estrellas,
y en campañas de luz venció a la noche
con los ardientes rayos que regía;
castigo a su osadía
la tierra fue, que nuevo sol le opuso,
esfera de verdor, campo de fuego.
Cuando en sus rayos ciego, ... (ver texto completo)
Dichosa, insigne villa, y más dichosa
cuanto por más piadosa te señalas,
vuele tu fama al viento licenciosa;
sirviendo a tu piedad de amor las alas,
vive, ¡oh! más que la muerte poderosa,
pues no sólo el arado al cetro igualas,
pero aun exceden por divinas leyes
tus pobres labradores a tus reyes.
Túrbase el sol, su luz se eclipsa cuanta
medroso esparce hasta el segundo oriente.
El viento con suspiros se levanta;
présaga España su desdicha siente:
y en tanta confusión, en pena tanta
Filipo al fatal golpe está obediente:
¡Oh justo llanto, oh justo sentimiento!
Tema España, el sol llore, gima el viento
Sólo las personas que han recibido educación son libres.