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LA NUEZ DE ARRIBA (Burgos)

yo misma
Foto enviada por Victoria Serna,

Buenas noches Rosas, aqui la mañana fue lluviosa, yo si sali pero apenas se necesito el paraguas, ya a la tarde salio el sol, suerte que si refresco,
Feliz noche
Un besooooooooooooooo
II

¡Ay pobre madre,
cómo gritaba,
despavorida,
desmelenada!
¡Ay los cabreros
cómo lloraban,
apostrofando,
ciegos de rabia! ... (ver texto completo)
desdicha tanta?
¡La cabrerilla
de Casablanca
por fieros lobos,
¡ay!, devorada!
Sangre en las peñas,
sangre en las matas,
¡la virgencita,
desbaratada!
¡Toda en pedazos
sobre la grava:
los huesecitos
que blanqueaban,
la cabellera
presa en las matas,
rota en mechones
y ensangrentada!...
¡Los zapatitos,
las pobres sayas
todas revueltas
y desgarradas!... ... (ver texto completo)
todas las ramas!...

Los viejos hombres
de la majada
la quieren mucho
porque es tan guapa,
porque es tan buena,
porque es tan sabia.
Pero a un despierto
zagal de cabras, ... (ver texto completo)
II

¡Ay pobre madre,
cómo gritaba,
despavorida,
desmelenada!
¡Ay los cabreros
cómo lloraban,
apostrofando,
ciegos de rabia!
¡Cómo corrían
y golpeaban
con los cayados
peñas y matas!
¡Y eran muy pocas
todas las lágrimas
que de los ojos
se derramaban!
¡Y eran pequeñas
todas las ansias
y las torturas
de las entrañas!
¿Quién nunca ha visto ... (ver texto completo)
¡Qué miedo lleva!
Pero lo espanta
con el sonido
de sus tonadas.
Canta con miedo,
de miedo canta.
¡Son tan profundas
las hondonadas
y tan espesas
todas las matas!... ... (ver texto completo)
todas las ramas!...

Los viejos hombres
de la majada
la quieren mucho
porque es tan guapa,
porque es tan buena,
porque es tan sabia.
Pero a un despierto
zagal de cabras, ... (ver texto completo)
ELEGÍA

I

No fue una reina
de las de España,
fue la alegría
de una majada.

Trece años cumple ... (ver texto completo)
¡Qué miedo lleva!
Pero lo espanta
con el sonido
de sus tonadas.
Canta con miedo,
de miedo canta.
¡Son tan profundas
las hondonadas
y tan espesas
todas las matas!...
¡Son tan horribles
las noches malas,
cuando errabundas
aullando vagan
lobas paridas
por las cañadas
con unos ojos
como las brasas!...
¡Son tan medrosas
las noches claras
cuando en los charcos
cantan las ranas,
cuando los búhos
ocultos graznan,
cuando hacen sombra
todas las matas
y se menean ... (ver texto completo)
ELEGÍA

I

No fue una reina
de las de España,
fue la alegría
de una majada.

Trece años cumple ... (ver texto completo)
La primavera

Una alondra feliz del pardo suelo,
fue la primera en presentir al día,
y loca de alegría,
al cielo azul enderezando el vuelo,
contábaselo al campo, que aún dormía.

Celosa codorniz, madrugadora,
dijo tres veces que la bella aurora ... (ver texto completo)
Y mientras gozas del vago
rumor de aquel ancho lago
de móviles verdes tules,
yo una corona te hago
de clavelillos azules;

y con ella, nueva Ceres,
reina serás, si tú quieres,
de mis campos y labores,
que reina de mis amores ... (ver texto completo)
¿Lloras? Pues si es de ternura,
deja ese llanto correr,
que es un riego de dulzura,
hijo de la fresca hondura
del manantial del placer.

Mas si lloras desconsuelos
y torturas de los celos,
¡vive Dios, que lloras mal!
Testigos me son los cielos ... (ver texto completo)
Si quieres, rosa temprana,
ver los sudores y afanes
que cuesta el pan de mañana,
ven y verás mis gañanes
trajinando en la besana.

O vamos a mis sembrados
y allí verás emulados
de tus labios los carmines,
que parecen amasados ... (ver texto completo)
Y mientras gozas del vago
rumor de aquel ancho lago
de móviles verdes tules,
yo una corona te hago
de clavelillos azules;

y con ella, nueva Ceres,
reina serás, si tú quieres,
de mis campos y labores,
que reina de mis amores ... (ver texto completo)
Para que tú te regales,
no dejaré una con vida
veloz liebre en los eriales,
ni esquiva perdiz hundida
del cerro en los matorrales,

ni conejillo bravío
dormido bajo el carrasco,
ni mirlo a orillas del río,
ni sisón en el peñasco, ... (ver texto completo)
Si quieres, rosa temprana,
ver los sudores y afanes
que cuesta el pan de mañana,
ven y verás mis gañanes
trajinando en la besana.

O vamos a mis sembrados
y allí verás emulados
de tus labios los carmines,
que parecen amasados ... (ver texto completo)
El campo que está a tus pies
siempre es tan mudo, tan serio,
tan grave, como hoy lo ves.
No es mi patria un cementerio,
pero un templo sí lo es,

Busca en ella soledades,
serenas melancolías,
profundas tranquilidades,
perennes monotonías ... (ver texto completo)
Para que tú te regales,
no dejaré una con vida
veloz liebre en los eriales,
ni esquiva perdiz hundida
del cerro en los matorrales,

ni conejillo bravío
dormido bajo el carrasco,
ni mirlo a orillas del río,
ni sisón en el peñasco, ... (ver texto completo)
CASTELLANA

¿Por qué estás triste, mujer?
¿Pues no te sé yo querer
con un amor singular
de aquellos que hacen llorar
de doloroso placer?

Crees que mi amor es menor
porque tan hondo se encierra, ... (ver texto completo)
El campo que está a tus pies
siempre es tan mudo, tan serio,
tan grave, como hoy lo ves.
No es mi patria un cementerio,
pero un templo sí lo es,

Busca en ella soledades,
serenas melancolías,
profundas tranquilidades,
perennes monotonías ... (ver texto completo)
CASTELLANA

¿Por qué estás triste, mujer?
¿Pues no te sé yo querer
con un amor singular
de aquellos que hacen llorar
de doloroso placer?

Crees que mi amor es menor
porque tan hondo se encierra,
y es que ignoras que el amor
de los hijos de esta tierra
no sabe ser hablador.

¿No está tu gozo cumplido
viendo desde esta colina
un pueblo a tus pies tendido,
un sol que ante ti declina
y un hombre a tu amor rendido?

¿Te place la patria mía?
No en sus hondas soledades
busques con vana porfía
la estrepitosa alegría
de las doradas ciudades ... (ver texto completo)
Siguió el sol elevándose
resplandeciente,
y era ya tan molesta
su luz ardiente,
que, a medida que el astro
más se elevaba,
todo se iba durmiendo,
todo callaba.

Se inclinan en su tallo
todas las flores,
rendidas por los rayos
abrasadores,
y las aves se esconden
en las encinas
que a la tranquila fuente
crecen vecinas. ... (ver texto completo)
Al empezar la mano,
junto al camino,
vi posada una alondra
sobre un espino;
la tiré; cayó muerta
y a escape el perro
la apresó en sus enormes
dientes de hierro.
¡No le duró en la boca
medio minuto! ... (ver texto completo)