Perdonar puede ser también un ejercicio. Hay muchas cosas en la vida a las que uno aspira, pero no consigue fácilmente, tal vez el saber perdonar sea una de ellas. De todos modos, bien vale la pena intentarlo una y otra vez. ¿Cuál es el riesgo? ¿Qué seamos heridos nuevamente? ¿Qué nuestra confianza se vea una vez más defraudada? Es una de las posibilidades. ¿Cuáles son las otras? ¿Que son sintamos en paz con nosotros mismos, que nos reencontremos con el otro desde otro lugar, que nos hayamos acercado un poquito más al Señor? Posibilidades todas que bien merecen tomar ese riesgo.
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