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LA NUEZ DE ARRIBA (Burgos)

Ajuste del carnero
Foto enviada por Evaristo

Allí el amor es cautivo
o está libre sin cadena,
allí la larga condena
es como un beso furtivo.
Y cuando odia es lesivo
latiendo cruel y perverso;
y en el influjo del cierzo
bajo la llovizna inquieta,
guarda su musa el poeta,
una lágrima y un verso
Y lleva amargura eterna
el corazón sin amores,
dolores y más dolores
que el alma pálida externa.
Y cuando la nieve cierna
su blancura y sus destellos
en sus dorados cabellos
con melancólico acento,
lanzará el postrer aliento
con vagos rumores bellos. ... (ver texto completo)
AQUÍ LLEVO UN CORAZÓN

Aquí llevo un corazón
que ruega por Dios latir,
allí se centró el vivir
por cada nueva ilusión.
Allí el olvido es perdón
y el perdón es el olvido
y en él está suspendido
un sentimiento latente, ... (ver texto completo)
Allí el amor es cautivo
o está libre sin cadena,
allí la larga condena
es como un beso furtivo.
Y cuando odia es lesivo
latiendo cruel y perverso;
y en el influjo del cierzo
bajo la llovizna inquieta,
guarda su musa el poeta,
una lágrima y un verso
AQUÍ LLEVO UN CORAZÓN

Aquí llevo un corazón
que ruega por Dios latir,
allí se centró el vivir
por cada nueva ilusión.
Allí el olvido es perdón
y el perdón es el olvido
y en él está suspendido
un sentimiento latente,
que se torna en indigente
o en marasmo enriquecido ... (ver texto completo)
Corazón

En el negro lago de tus ojos
me siento perdida,
tu voz, como la paz de un remanso
serena mi alocado corazón.

María Elena Herold
AH!, COMO RESOLVISTE EL PROBLEMA

y salieron al fin,
para que pudiera jugar con mis amigos.
¡Brincaron de gusto las canicas!
Me acuerdo de mi primera bicicleta,
como me impulsaste para que subiera.
¡Muchos golpes me di!
Como me dolía separarme los lunes para ir a la ciudad a la escuela;
¡no se olvida!, lloraba al partir
y gritaba de gusto al regresar.
Me decías: ¡listo de nuevo!
Y no se diga como preparabas los animaluchos de mi cacería
especialmente para mi comida.
¡Cómo me gustan tus guisos!
¡Oh!, te acuerdas de mis mascotas
como lloraba de gusto al verlas,
y como me preocupaba por si algo les pasara. ... (ver texto completo)
Mamá!

Son muchas las cosas que quiero contarte
de nuestros recuerdos de mi infancia.
¡Cómo ves!
Ahora está muy lejos pero no puedo olvidarla,
es parte de mí.
Los momentos felices que pasamos juntos
en las Navidades. De aquel regalo de santa que no llegó.
¡Fue un milagro!,
AH!, COMO RESOLVISTE EL PROBLEMA

y salieron al fin,
para que pudiera jugar con mis amigos.
¡Brincaron de gusto las canicas!
Me acuerdo de mi primera bicicleta,
como me impulsaste para que subiera.
¡Muchos golpes me di!
“ ¡Mamá!

Quiero decirte lo mucho que te quiero.
¿No sientes mi boca en tu frente?”
¡Creo que sí!
Tus manos me lo dicen. Parte de ti quiere estrecharme
y no dejarme ir.
Mamá!

Son muchas las cosas que quiero contarte
de nuestros recuerdos de mi infancia.
¡Cómo ves!
Ahora está muy lejos pero no puedo olvidarla,
es parte de mí.
Los momentos felices que pasamos juntos
en las Navidades. De aquel regalo de santa que no llegó.
¡Fue un milagro!,
“ ¡Mamá!

Quiero decirte lo mucho que te quiero.
¿No sientes mi boca en tu frente?”
¡Creo que sí!
Tus manos me lo dicen. Parte de ti quiere estrecharme
y no dejarme ir.
El ojo del misterio

En los brazos de la vieja luna
se quedó dormido el cielo
una noche de brujas
y silencio
Sobre un silencio inquieto
atravesó una flecha viva
las dimensiones ocultas del tiempo
y se incendió en un fuego de tinieblas ... (ver texto completo)
Buenos dias Vitori, ¡que bueno el comentario! jajaja esta de lo mejor,
otra vez finde, aqui de fiesta casi tengo que pensar, que dia vivo.
buen viernes, un besito
Buenos dias Berta, que bien te lo pasas jajaajaj no te canses
Feliz dia
Un besooooooooooooooooooo
Buenos dias Vitori, ¡que bueno el comentario! jajaja esta de lo mejor,
otra vez finde, aqui de fiesta casi tengo que pensar, que dia vivo.
buen viernes, un besito
No existe pasión más
poderosa que la
pasión de la pereza.
Samuel Beckett
Toma consejo con el vino,
pero decide después con el agua.
Benjamin Franklin
Pasaron los días y ella no podía dejarlo allí tirado. Lo había echo antes con otros objetos, pero este, que llevaba estorbando entre sus manos, no podía. Cuando el macho hallaba carne o frutos y todos comían, ella encontraba molesto tener que llevar ese pequeño guijarro. Había que dejarlo en algún lugar y luego acordarse para volver a cogerlo. ¿Qué sentido tenia seguirlo cargando? Pero ella no podía tirarlo así como así, había mordido a su hermano y sin embargo, no la había mordido a ella, si es ... (ver texto completo)
Y tomándolo, con sus torpes manos, hizo como el guijarro cortó la piel de la planta del pie de su hermano. Y lo hizo, sobre la piel del animal muerto. Se abrió la piel como magia, dejó la pulpa fresca de la carne al descubierto. El macho iluminó los ojos y arrebatándole el guijarro continuó cortando, repartiendo la carne, comiendo aquella carne tibia, cruda, que tanto les costaba conseguir. Durante muchos años, ella tardaría en entender los gestos del macho que a empujones, arrojándola al suelo, intentara hacer que ella encontrara otras, otros guijarros como ese que guardaban como un tesoro, y del que pronto tendrían otro sonido para nombrarlo, y que cuando oían ese sonido, era porque alguien necesitaba el guijarro, o habían encontrado otro como aquel.

Randy pasó la vista desganado por sobre la estantería de instrumentos de piedra, rocas toscas, con forma de hoja, y otras, mas allá, finamente elaboradas hechas de silex. Y aún mas allá, otras atadas a varas de madera. "Vamos", dijo la madre de Randy, "vayamos a ver los esqueletos de dinosaurios". ... (ver texto completo)
No fue atacado. No había animales cerca en ese desierto pedregoso y plano donde el horizonte estaba abierto en todas direcciones. Y sin embargo había allí en el suelo algo extraño que olía como aquello que tanto le temía. Era, para ella, nada mas un algo, un algo con diferencia, distinto. Un simple guijarro distinto, manchado que lo que millones de años después alguien llamaría "sangre". Y ella no podía saber que su hermanito lo había pisado y se había provocado una herida cortante bajo la planta ... (ver texto completo)
Pasaron los días y ella no podía dejarlo allí tirado. Lo había echo antes con otros objetos, pero este, que llevaba estorbando entre sus manos, no podía. Cuando el macho hallaba carne o frutos y todos comían, ella encontraba molesto tener que llevar ese pequeño guijarro. Había que dejarlo en algún lugar y luego acordarse para volver a cogerlo. ¿Qué sentido tenia seguirlo cargando? Pero ella no podía tirarlo así como así, había mordido a su hermano y sin embargo, no la había mordido a ella, si es ... (ver texto completo)