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LA NUEZ DE ARRIBA (Burgos)

Ajuste del carnero
Foto enviada por Evaristo

Buenos dias Vitori, que los pases llenos de salud y alegria, un besito
Buenos dias Berta lo mismo te deseo a ti y ya sabes a ser feliz
Un besinnnnnnnnnnnnnnnnnn
Buenos dias Vitori, que los pases llenos de salud y alegria, un besito
No sé si fue en mis sueños, hoy te he visto
o, al menos, lo he creído. ¿Quién lo sabe?,
y, ¿qué le importa al mundo que se acabe
un bien para uno si otro lo halla listo?

Pues, a pesar de ti, impávido asisto
sin celos, ni el dolor en mi alma cabe
por ver lo que ocultabas como grave...
¡Fingir amor..! ¡Efímero flogisto!

¿Y qué, si, paseando por la acera
del brazo de otro, en fin, te vi cogida?
¿Tan indigno le crees que, insincera,

me negaste el saludo enrojecida?
Si tu pasar por mí fue primavera,
habrá más primaveras en mi vida. ... (ver texto completo)
Te saludo, Señora de mis Sueños;
te saludo, o quizás ya me despido,
tranquilo de cumplir lo prometido
si libre he de dejarte en tus empeños.

Esos tus dedos blancos y pequeños
tenían que su pieza haber movido.
Mas, sobre el ajedrez, quieto el sentido,
diez silencios se hicieron de ellos dueños.

¡Ay! Aún mi sueño sigue siendo tuyo;
sí, perdiéndote pierdo en él mi alhaja.
Mas, tal vez fuera por tu insano orgullo,

tal vez desprecio, pues te di ventaja,
tú más perdiste, porque, aún capullo,
mi flor trocaste por ajena paja. ... (ver texto completo)
de Garcilaso, que al sentido advienen
en admirable y rara floritura,
fluyendo de su pluma con dulzura,
dejando que en igual dulzura suenen.
Vida guerrera, que al calor o al frío
azar dejaba por coger la pluma,
amor por guerra, en llano o en el río,

que de hechos admirables fue la suma.
Laurel y flores, Garcilaso mío:
tu verso fue mediterránea espuma.
Pilares son los versos que sostienen
la barroca y conforme arquitectura,
clave en monumental literatura
cual pocas en el mundo se mantienen,
de Garcilaso, que al sentido advienen
en admirable y rara floritura,
fluyendo de su pluma con dulzura,
dejando que en igual dulzura suenen.
sitas en el follaje en que se cuentan...
sopa de letras en la que, cual llamas,
mil flores ya del corazón revientan.
Pilares son los versos que sostienen
la barroca y conforme arquitectura,
clave en monumental literatura
cual pocas en el mundo se mantienen,
Es este árbol de catorce ramas
como un ciprés anciano, donde asientan
mil pájaros su hogar, con sus mil camas
sitas en el follaje en que se cuentan...
sopa de letras en la que, cual llamas,
mil flores ya del corazón revientan.
Cada verso una rama, en ella hiervo
por un nido llevar y hacer el lecho
-don Íñigo sonríe, él lo ve hecho-
a una palabra, de mis rimas siervo.
Es este árbol de catorce ramas
como un ciprés anciano, donde asientan
mil pájaros su hogar, con sus mil camas
¡Seiscientos años ya..! mas sigue el verbo
brotando hasta los versos desde el pecho
y posándose en ellos, a despecho
de la implacable sed del tiempo acerbo.
Cada verso una rama, en ella hiervo
por un nido llevar y hacer el lecho
-don Íñigo sonríe, él lo ve hecho-
a una palabra, de mis rimas siervo.
Y, ya perdido lo que mi alma puebla,
tus lágrimas serán en mi memoria
como gotas suspensas en la niebla.
¡Seiscientos años ya..! mas sigue el verbo
brotando hasta los versos desde el pecho
y posándose en ellos, a despecho
de la implacable sed del tiempo acerbo.
Ya no distinguiré verdad de mito,
pero entonces tu imagen imborrable
vendrá a animar mi espíritu inestable
y el estertor a convertir en grito.
Y, ya perdido lo que mi alma puebla,
tus lágrimas serán en mi memoria
como gotas suspensas en la niebla.
Cuando dé el salto que hacia el infinito
me lleve, al fin supremo e insalvable
del paso por la vida, inevitable,
convertiré tu nombre en postrer rito.
Ya no distinguiré verdad de mito,
pero entonces tu imagen imborrable
vendrá a animar mi espíritu inestable
y el estertor a convertir en grito.
blanca, muy blanca, entre gasas y tul;
blanca, cual nunca la vimos en vida,
blanca y brillante, que casi era azul.
Cuando dé el salto que hacia el infinito
me lleve, al fin supremo e insalvable
del paso por la vida, inevitable,
convertiré tu nombre en postrer rito.
Blanca, translúcida, etérea, desvaída
fue su presencia al abrirse el baúl.
Blanca, muy blanca, la he visto vestida
blanca, muy blanca, entre gasas y tul;
blanca, cual nunca la vimos en vida,
blanca y brillante, que casi era azul.