MEDIANOCHE
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¡Oh, qué vergüenza: El sol ha iluminado
La tierra; el ancho mar en sus entrañas
Nuevas columnas a sus naves rojas
Ha levantado el monte granos nuevos
Juntó el el curso del solemne día
A sus jaspes y greñas; en el vientre
De las aves y bestias nuevos hijos
Vida, que es forma, cobran: en las ramas
Ls frutas en los árboles maduran:-
Y yo, mozo de gleba, he puesto sólo,
Mientras que el mundo gigantesco crece,
Mi jornal en las ollas de la casa!
Por Dios, que soy un vil!: No en vano sueño
A mis pálidos ojos es negado!
No en vano por las calles titubeo
Ebrio de un vino amargo, cual quien busca
Fosa ignorada donde hundirse, y nadie
Su crimen grande y su ignominia sepa!
No en vano el corazón me tiembla ansioso
Como el pecho sin calma de un malvado!
El cielo, el cielo, con sus ojos de oro
Me mira, y ve mi cobardía, y lanza
mi cuerpo fugitivo por la sombra
Como quien loco y desolado huye
De un vigilante que en sí mismo lleva!
La tierra es soledad! La luz se enfría!
Adónde iré que este volcan se apague?
A donde iré que el vigilante duerma?
Oh, sed de amor!, oh corazón prendado
De cuento vivo el Universo habita:
Del gusanillo verde en que se trueca
La hola del árbol:-del rizado jaspe
En que las ondas de la mar se cuajan-;
De los árboles presos, que a los ojos
Me sacan siempre lágrimas:-del lindo
Bribón gentil que con los pies desnudos
En fango y nieve, diario o flor pregona.
¡Oh corazón, que en el carnal vestido
No hierros de hacer oro, ni belfudos
Labios glotones y sensuosos mira,
Sino corazas de batalla y hornos
Donde la vida universal fermenta!
Y yo, pobre de mí!, preso en mi jaula,
La gran batalla de los hombres miro!
José Martí
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¡Oh, qué vergüenza: El sol ha iluminado
La tierra; el ancho mar en sus entrañas
Nuevas columnas a sus naves rojas
Ha levantado el monte granos nuevos
Juntó el el curso del solemne día
A sus jaspes y greñas; en el vientre
De las aves y bestias nuevos hijos
Vida, que es forma, cobran: en las ramas
Ls frutas en los árboles maduran:-
Y yo, mozo de gleba, he puesto sólo,
Mientras que el mundo gigantesco crece,
Mi jornal en las ollas de la casa!
Por Dios, que soy un vil!: No en vano sueño
A mis pálidos ojos es negado!
No en vano por las calles titubeo
Ebrio de un vino amargo, cual quien busca
Fosa ignorada donde hundirse, y nadie
Su crimen grande y su ignominia sepa!
No en vano el corazón me tiembla ansioso
Como el pecho sin calma de un malvado!
El cielo, el cielo, con sus ojos de oro
Me mira, y ve mi cobardía, y lanza
mi cuerpo fugitivo por la sombra
Como quien loco y desolado huye
De un vigilante que en sí mismo lleva!
La tierra es soledad! La luz se enfría!
Adónde iré que este volcan se apague?
A donde iré que el vigilante duerma?
Oh, sed de amor!, oh corazón prendado
De cuento vivo el Universo habita:
Del gusanillo verde en que se trueca
La hola del árbol:-del rizado jaspe
En que las ondas de la mar se cuajan-;
De los árboles presos, que a los ojos
Me sacan siempre lágrimas:-del lindo
Bribón gentil que con los pies desnudos
En fango y nieve, diario o flor pregona.
¡Oh corazón, que en el carnal vestido
No hierros de hacer oro, ni belfudos
Labios glotones y sensuosos mira,
Sino corazas de batalla y hornos
Donde la vida universal fermenta!
Y yo, pobre de mí!, preso en mi jaula,
La gran batalla de los hombres miro!
José Martí
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