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HORTIGUELA: Es una pena, que algunos...

Me gusta, tanto, como cuando era una niña oir cuentos, donde intervienen los animales. las fabulas o historias donde intervienen los animales, siempre encierran una enseñanza o moraleja. que ayuda mucho a la educacion, de los niños.
Saludos, un abrazo.
morugos.

Así es,Ángela. La mayor parte de los fabulistas han tomado de referencia a los animales para a través de una ligera metáfora comunicarnos las costumbres o esteriotipos humanos. En nuestra escuela no hubo cuentos, pero nunca faltaron la Fábulas que muchas de ellas nos las sabíamos de memoria. Mucho poder edificante tienen, que su moraleja suele dejar bien claro lo que acontece a muchos miles de personas cuando nos desviamos del camino de la virtud o del orden. Los bóvidos de por sí no suelen ser peligrosos en situaciones normales pero si pueden serlo cuando están en celo o bien cuando tienen sus crías pequeñas que son muy celosas de sus cuidados. Acercarse a una
vaca cuando su ternera en muy joven suele ser peligroso, o bien acercarse a la vaca en celo cuando el toro esta en sus inmediaciones.

buenas horas, de acuerdo, lo sucede, es que nos acercamos a los pobres animalitos, sin tener en cuenta, que quzas tengan un codigo, que si pudieran, nos hablarian hasta sinceramente, pobrecitos.
Lamoraleja, es real, como siempre, tu no te equivocas, porque, posees muchas virtudes, ysabes alejarte delo que te pueda, desviart, del los caminos virtuosos, yo te considero, un hombre cabal. pero esoy segura, que te apiadas
delos que se dejan llevar de sentimientos, gustos, ilusiones, vanas
tontas que alejan de los caminos correctos. pobrecitos
saludos. Angelica

Ángela. ¡Pues claro que sí, que los animales tienen su código!, sus sentimientos y sus miedos como lo tenemos nosotros, más muchas veces se nos escapan a nuestra comprensión. Te contaré dos anécdotas al respecto. En una ocasión yo iba cabalgando en un caballo, sin silla ¡claro!, era el atardecer, y a la vera del camino revolotearon unos pájaros, tal vez asustados por la presencia del equino. Este se apartó violentamente del lugar y el pobre que aquí suscribe salió despedido como en el cuento de Piter Pam. Sencillamente le movió el miedo a lo desconocido e imprevisto. En otra ocasión una vaca venía de abrevar del pilón con su ternerita. Unos niños de unos 7-8 años comenzaron a tirarle piedras. Entre ellos había una niña que apenas caminaba. El animal, molesto con las citadas piedras comenzó a correr dirección a los niños para vengarse. Estos que vieron la escena salieron cual galgos por un callejón vecino; más no lo podía hacer la niña chica. El animal corría bastante. Yo lo contemplaba desde una pared de un huerto a cierta distancia. Pensé: ¡pobre pequeña la va a matar!. Pero el animal distinguió que aquella pobre niña no era culpable de la agresión y no podía hacerla daño. Cuando faltaban unos metros de distancia para llegar a la niña frenó con sus cuatro patas y se quedó a dos palmos de la pequeña oliéndola y mirándola como diciendo: Esto no iba por ti. Por mi parte aprendí un bellísima lección que nunca olvidaré.

Es una pena, que algunos
no queramos reconocer la
moraleja, que encierra cada
evento. en el que participamos.
saludos. morugos.
Angelica


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