Esta
foto de este encantador
capitel, cuando la hice, estuve mirándola con deleite,
se conserva tan bien, creo yo, por dos razones: una esta a considerable altura del suelo, y otra un tanto resguardada de las inclememcias del tiempo. Es verdad que los canteros
de aquel entonces eran maestros hábiles dotados de ingenio y pericia. Y tenían como
costumbre hacer modelos diferentes en todos ellos, cosa un tanto difícil de conseguir.
Loe motivos naturales como:
frutos, peces, y aves eran sus favoritos,
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