LOS DOS CULTIVOS
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Mientras en la verde rama
se columpian los jilgueros,
laborioso el hortelano
va cultivando su huerto
y, con la pala remueve
la aspereza del terreno.
La madre, en tanto, pasea
al niño inocente y tierno
bajo el toldo nacarado
de los floridos almendros.
Del árbol del matrimonio,
flores son los pequeñuelos:
si la madre los cultiva
como el hortelano el huerto,
del jardín de la infancia
prepara el blando terreno,
sus hijos, aleccionados
corazón, alma y cerebro,
también a la madre un día
le darán frutos soberbios.
Juan Tomás Salvany
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Mientras en la verde rama
se columpian los jilgueros,
laborioso el hortelano
va cultivando su huerto
y, con la pala remueve
la aspereza del terreno.
La madre, en tanto, pasea
al niño inocente y tierno
bajo el toldo nacarado
de los floridos almendros.
Del árbol del matrimonio,
flores son los pequeñuelos:
si la madre los cultiva
como el hortelano el huerto,
del jardín de la infancia
prepara el blando terreno,
sus hijos, aleccionados
corazón, alma y cerebro,
también a la madre un día
le darán frutos soberbios.
Juan Tomás Salvany
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