EPIGRAMA PARA SI MISMO
Yo ya no soy el que antes era,
ni volveré a serlo jamás.
Mi
verano y mi
primavera
huyeron por mi
ventanal.
Tú fuiste, Amor, mi único dueño.
Te serví más que a ningún dios.
¡Si pudiera nacer dos veces,
te serviría aun mejor!
Clement Marot