EL LEON ENAMORADO
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En los tiempos en qué los animales hablaban,
los leones, entre otros pretendían nuestra amistad.
¿Y por qué no, puesto que su raza, entonces valía
tanto como la nuestra, dotaba como estaba de valor,
de inteligencia y prestancia?. Ved aquí de qué
modo ocurrió la cosa.
Un león de alta estirpe, al pasar por cierto prado
encontró a una pastora de la que se enamoró al
instante. Pidióla en matrimonio. Hubiera el padre,
deseado un yerno menos temible; dársela le parecía
harto doloroso, negársela, poco seguro.
Hasta fuera posible que ante la negativa, una buena
mañana se efectuara una unión ilegítima, pues,
aparte de que la muchacha se inclinaba por los
arrogantes, una doncella se encapricha fácilmente
de un enamorado de hermosa cabellera. No atreviéndose
en fin a darle calabazas al pretendiente, le dijo
con buenas precauciones:
-Mi hija es harto delicada, con estas uñas padríais
fácilmente herirla al acariciarla, permitid, pues que
os las corten. En cuanto a los dientes que al mismo
tiempo os los limen. vuestros besos serán más dulces.
El león estaba tan ciego que a todo consiente.
Al cabo sin uñas y sin dientes, parecía un fuerte desmantelado.
Saltáronse entonces unos perros, y el león inválido apenas pudo
defenderse.
.............................. .........................
¡Amor, amor! Cuanto nos subyugas, ya podemos decir:
Adiós Prudencia".
Fábula de la Fontaine.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
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En los tiempos en qué los animales hablaban,
los leones, entre otros pretendían nuestra amistad.
¿Y por qué no, puesto que su raza, entonces valía
tanto como la nuestra, dotaba como estaba de valor,
de inteligencia y prestancia?. Ved aquí de qué
modo ocurrió la cosa.
Un león de alta estirpe, al pasar por cierto prado
encontró a una pastora de la que se enamoró al
instante. Pidióla en matrimonio. Hubiera el padre,
deseado un yerno menos temible; dársela le parecía
harto doloroso, negársela, poco seguro.
Hasta fuera posible que ante la negativa, una buena
mañana se efectuara una unión ilegítima, pues,
aparte de que la muchacha se inclinaba por los
arrogantes, una doncella se encapricha fácilmente
de un enamorado de hermosa cabellera. No atreviéndose
en fin a darle calabazas al pretendiente, le dijo
con buenas precauciones:
-Mi hija es harto delicada, con estas uñas padríais
fácilmente herirla al acariciarla, permitid, pues que
os las corten. En cuanto a los dientes que al mismo
tiempo os los limen. vuestros besos serán más dulces.
El león estaba tan ciego que a todo consiente.
Al cabo sin uñas y sin dientes, parecía un fuerte desmantelado.
Saltáronse entonces unos perros, y el león inválido apenas pudo
defenderse.
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¡Amor, amor! Cuanto nos subyugas, ya podemos decir:
Adiós Prudencia".
Fábula de la Fontaine.
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