Que con una nueva existencia de mejora y bienestar.
Sean recompensadas a Ana Mari sus lágrimas y sacrificios por haber estado con nosotr@s. Y... seguimos restando más vecinos en Hermosilla.
Nos ha deja nuestra vecina Ana Mari, esposa de Eduardo.
Ella era hija del pueblo. Regresó a Hermosilla, a largas temporadas, cuando se jubiló el matrimonio alternando su estancia en su tierra con cortas temporadas en Vitoria.
Una vida de lucha y sacrificio que acaba con una larga
enfermedad.
Le deseamos la paz y el descanso allá donde esté....