En Fuenteodra había dos fuentes para uso de los vecinos. Una de ellas estaba en la parte Norte que servía a una parte del pueblo, además de estar cerca de las eras y otra en el este del pueblo. Las dos están cubiertas. Una, formando una especie de dolmen y otra abobedada. Ambas de piedra.
La que aquí presentamos, según los lugareños estuvo en medio del camino. Luego fue desviada unos metros. De ella salía un arroyo con agua abundante para formar una gran poza para el ganado. Un poco más abajo formaba otra poza, lugar donde podían lavar las mujeres. Se llamaba, y suponfo que aeguirá llamándose, ROCILLA. Allí había ratas de agua. Y cerca solían plantar pequeños tablares de hortalizas.
En verano solía disminuir un poquito el caudal del agua.
La gente que vivía en ese lado iban a la fuente con sus herradas, botijos, botijas, cántaros. Para llevar más cómodo las herradas se solían llevar unos cuadros de madera en los que se apoyaban las herradas y, de esa manera no se vertía el agua. También se solía poner una tablilla de madera sobre el agua que la hacía que no se moviera tanto.
Los niños iban con los botijos. No era infrecuente que al jugar con ellos al ir vacíos a la fuente, te quedaras con las asas o hacías que los botijos se "besaran", con el consiguiente destrozo.
Verano... el agua estaba fresquita. Invierno... se te quedaban heladas las manos y luego te dolían las uñas... Lo curioso es que si las metías en agua caliente te dolíaan más, tenías qu meter las manos en agua templada y se te pasaba.
Botijos de arcilla roja casi todos. También había de arcilla blanca... que eran más caros y "sudaban más" "haciendo el agua más fresca". "Glu... glu... glu..." cuando se llenaban. Antes de meterles en la fuente había que limpiarles el... para no enturbiar el agua.
Algunos chavales se entretenían cazando ranas o cangrejos o mirando a los bardales por si se "aprendían" algún nido. Entonces tardaban algo más tiempo del normal y venía la bronca o el aviso porque en casa estaban esperando el agua, especialmente en verano.