Establecer el origen geológico del lugar en que se halla asentado el
pueblo de Fuenteúrbel y la región es fácil para los geólogos, dado que hay abundantes evidencias en las que apoyarse. Me refiero al original relieve formado por largas y estrechas estructuras rocosas que conforman un abrupto
paisaje conformado por
valles y páramos, en alguno de los cuales es posible encontrar fósiles de invertebrados (de erizos, gasterópodos, etc de vida marina extintos) que en gran abundancia se encuentran en el término conocido como “Carracotillo”, formación montañosa de escasa altura, que transcurre paralela a
carretera que de Norte a Sur separa la vertiente del
río Rudrón, afluente del Ebro, de la vertiente del Duero de la que son tributarios, antes de unirse el río Talamillo y Urbel y desembocar en el río Arlanzón.
Las formaciones rocosas que configuran la orografía del lugar- tan característica por sus formas caprichosas- son de
naturaleza calcárea y se originaron en
la Era Paleozoica hace más de 246 millones de años cuando emergieron ya que habían estado por millones de años anegadas por el
mar. Este proceso se completó en
las Eras Mesozoica y Cenozoica -cuando se produjeron otros fenómenos adicionales- y más recientemente durante las glaciaciones- la última hace menos de 40.000 años- en las que sin duda fue muy intensa la erosión y arrastre de los glaciares que desde las estribaciones de la Cordillera Cantábrica alimentaban a los
ríos Talamillo y Urbel.
Como consecuencia de dichos arrastres aluvionales se generaron las ricas vegas que constituyen actualmente los
campos de cultivo más fértiles del pueblo, así como otras no tan ricas agrícolamente como las de “Redondillas” o “El Lomillo” en las que abunda el “cascajo” y lo que los labradores del pueblo conocen como “codones” que son los cantos rodados arrastrados y acumulados en el lugar por las
aguas de los ríos mucho más caudalososos que en la actualidad debido a los glaciares que los alimentaban.
*** Álvaro Ruiz.