El perro siempre atento y vigilante, EDESA DE MONTIJA

En la Merindad de Montija, cercano a la carretera que une Espinosa de los Monteros con Bilbao por el valle de Mena, en terreno llano, pero cercano a los grandes montes que separan Burgos de Cantabria, a escasa distancia del ferrocarril de vía estrecha “Bilbao-la Robla”, encontramos a EDESA DE MONTIJA, a 18 km de Villarcayo y 93 de Burgos.
Forman corona a su alrededor Loma de Montija, Villasante, Quintanilla-Sopeña, Bercedo, Nocedo, Montecillo de Montija y Quintana de los Prados.
Está catalogado como lugar de realengo, es decir, gozaba de la protección directa del rey, en el Catastro del Marqués de la Ensenada y no encontramos escrito su nombre hasta el año 1352, en el censo-pesquisa que el rey Pedro I mandó hacer en toda Castilla, que dio lugar al libro de las Behetrías.
Contaba con tan sólo 11 habitantes en el año 1848, como consta en el Diccionario geográfico de Pascual Madoz. Había crecido, sin embargo, como la inmensa mayoría de los pueblos de la provincia, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, presentando en 1900 un censo de 43 personas. No le fue bien la dura primera mitad del siglo XX, ya que en 1950 poblaban el lugar solamente 23 personas, que se han mantenido a pesar de los tiempos de emigración y en el año 2000 figuran en su censo de población 27 habitantes.