CASTROVIDO: NOTA DE PRENSA...

NOTA DE PRENSA
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CASTROVIDO

La empresa ya tiene permiso para reanudar los trabajos de la presa tras 17 meses de parón. Debería ser el intento definitivo para un proyecto que se alarga 85 años

En el archivo fotográfico de Diario de Burgos hay un sobre de un grosor considerable rotulado con ‘Castrovido’. Contiene imágenes del castillo, del pueblo, de procesiones y sobre todo muchas, muchas, muchas mesas de reuniones y un surtido popurrí de pancartas.
El pantano destinado a regular la cuenca del Arlanza lleva casi un siglo dando tumbos y arrastrando una larga historia de polémicas, acelerones y paralizaciones. Esta última semana ha vivido su última noticia, esta vez buena, con el levantamiento judicial de la paralización de las obras que llevaban congeladas desde octubre de 2011, cuando un fatal accidente acabó con la vida de cuatro operarios.
La empresa FCC tiene ya luz verde para reemprender las tareas aunque la solución no será inmediata. Ante sí se abren al menos tres años más de trabajos, pues la Confederación Hidrográfica del Duero estima que hasta 2016 no acabarán las obras. Si se cumple esta última fecha, 88 años después del documento técnico más antiguo del que se tiene referencia la provincia de Burgos habrá completado la regulación de sus ríos.
Según figura en la memoria de un proyecto técnico elaborado por la Universidad de Cantabria, el papel más antiguo que se tiene en torno a un proyecto para ‘domesticar’ las avenidas del Arlanza data de 1928. Aquello empezó llamándose «pantano de Retuerta» y ya durante el franquismo quedó aprobado un pantano que anegaría los pueblos de Retuerta y Cascajares, así como el Monasterio de San Pedro de Arlanza que debía ser trasladado piedra a piedra.
Las obras llegaron a comenzar, pero pronto se toparon con problemas por la naturaleza del terreno. En 1974 quebró la empresa que las llevaba a cabo y, tras la llegada de la democracia, hubo un modificado del proyecto. Pero entonces arreciaron las críticas por las implicaciones medioambientales y artísticas de la presa, Patrimonio del Estado y la Junta de Castilla yLeón mostraron su oposición, y el Ministerio de Obras Públicas paralizó definitivamente los trabajos.
Se optó entonces por la solución de Castrovido. Tras dos versiones previas, acabó saliendo adelante la llamada ‘Castrovido III’. En 1995 se redactó el proyecto, y a partir de ahí nuevos vaivenes administrativos. Informes por aquí y por allá, declaraciones de impacto ambiental, concursos de obra desesperadamente lentos, ampliaciones del proyecto inicial...
En febrero de 2004, a las puertas de unas elecciones generales, el Gobierno del PP pone la primera piedra de las obras. Pero aquellos comicios los gana el PSOE, y llegan nuevos cambios. Debates enconados sobre la rebaja de la cota y más proyectos modificados en 2005, 2007 y 2010, que pese a todo lograron que los trabajos arrancaran a buen ritmo y que en 2009 y 2010 hubiera gran actividad.
Entre medias, el proyecto se encareció desde los 75 millones de euros iniciales hasta los 175, y en octubre de 2011 la desgracia se cebó de nuevo con este embalse al morir cuatro operarios aplastados por una cuba de hormigón. La investigación llevó al juzgado de Salas de los Infantes a parar las obras y ha sido ahora cuando el veto se ha levantado definitivamente.
Con el paso del tiempo, en torno a la presa han desfilado decenas de protagonistas. Algunos ya han desaparecido del mapa mediático, pero quien resiste es Dositeo Martín, histórico portavoz de la Comisión de Seguimiento creada para vigilar la marcha de los trabajos. Su barba está presente en las fotos en blanco y negro y también en las de color.
Martín ahora es optimista. Cree que a la enésima será la vencida, que esta vez es la buena. «Confío en que sí, que después de 17 meses de parón las obras se retomen con buen ritmo», decía en la mañana de ayer. «Dinero hay, porque para este año en los presupuestos se reservaban 30 millones de euros, pero faltará tiempo porque en este tipo de obras solo se puede trabajar de abril a octubre».
El portavoz de la Comisión también se muestra esperanzado con el horizonte de 2016. Serían cuatro ejercicios de trabajos, y apuesta por su finalización a tiempo. «Sobre todo porque ahora, con José Valín al frente de la Confederación Hidrográfica del Duero, tenemos a una persona que siempre apoyó el proyecto, también cuando era consejero de Agricultura».
El propio Valín estuvo esta semana comprobando los daños que las recientes riadas han provocado en la parte baja del Arlanza. Para eso, para que no se repitan, serviría Castrovido, además de para el abastecimiento y para el regadío de miles de hectáreas.
Si no vuelven a surgir nuevos contratiempos, el sur y el oeste de la provincia de Burgos deberán estrenar su gran presa dentro de tres o como mucho cuatro ejercicios. Dependiendo de cómo esté la situación económica, será el momento de plantearse actuaciones complementarias como las que recuerda Dositeo Martín, que consistían en trasvases desde el río Pedroso y el Tejero a través de un túnel, que terminarían por asegurar la regulación de los cauces. Eso será otra batalla. De momento hace falta que la de Castrovido acabe de una vez.

Fuente. H. Jiménez. Diario de Burgos de hoy.

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