Pablo y María, María y Pablo. Para nada estoy de acuerdo con vuestro comentario. Los "sin Dios" buscamos nuestra
felicidad, como los con Dios y la de los demás sin esperar a recompensas divinas, a disfrutar en el mas allá, no nos dedicamos a asaltar cunas ni a robar al prójimo como hacen muchos "con Dios" después de haber besado la mano de monseñor, somos capaces de dar la vida ante el peligro de nuestros semejantes, y nuestras limosnas son contantes y sonantes, no espirituales, amamos a nuestros
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