Iglesia Parroquial de San Juan de Ortega, BURGOS

La iglesia parroquial de San Juan de Ortega es un templo católico levantado en el siglo xx en Burgos (Castilla y León, España).

El templo está situado en la carretera de Poza, a su paso por el barrio de San Cristóbal, y su consagración por monseñor Santiago Martínez Acebes tuvo lugar el 2 de junio de 1997.

La parroquia de san Juan de Ortega fue erigida por don Teodoro Cardenal el 25 de noviembre de 1986 y entró en vigor el 1 de enero de 1987. Durante esos primeros diez años la parroquia celebraba la eucaristía en la Capilla de las Madres Calatravas y del colegio del Sagrado Corazón. Y disponía de un despacho en un local cedido por el Ayuntamiento de Burgos en la Barriada de san Cristóbal.

Diez años más tarde, el 2 de junio de 1997 se dedicaba el templo a su titular y se inauguraba oficialmente de manos de don Santiago Martínez. El primer responsable de esta comunidad fue Licinio López y con él han estado distintos sacerdotes: Emilio Maestro, Juan Mª Oña, Alfredo Bustillo y religiosos agustinos.

El templo fue diseñado por Pedro del Barrio al aire de su patrono, san Juan de Ortega, peregrino y favorecedor de peregrinos, por lo que el templo adoptó forma de concha o vieira. El templo alberga dos ofrendas muy particulares provenientes de la iglesia de santa Marina de la localidad de Monasterio de Rodilla: el retablo y la pila bautismal. A ellas se suman otros bienes que la diócesis consideró oportuno instalar, como las tallas del siglo XVII de san Juan de Ortega y de santa Casilda, que se colocaron en las calles laterales del retablo, y un Cristo crucificado del siglo XVI en el remate. En el banco se reinstalaron los relieves de la Adoración de los pastores y la Adoración de los Reyes. Dicho retablo estaba presidido por una imagen de la anterior titular del retablo, santa Marina, pero fue sustituida por otra de la Asunción – Coronación de la Virgen, procedente de la parroquia de santa María de Villarán, obra romanista de fines del siglo XVI. En el retablo, igualmente, se incluiría después un sagrario barroco, de nogal, del siglo XVIII, restaurado, que venía de la Iglesia de san Esteban de Villorobe.
La pila bautismal, románica, sin decoración labrada excepto una cruz inscrita y de piedra arenisca-caliza, y el aguamanil se instaron a los pies del templo, recobrando el antiguo simbolismo del primer paso del cristiano al entrar a formar parte de la comunidad. Asimismo, a falta de poder realizar un altar de piedra y el ambón, se optó por instalar un altar de madera financiado por la escuela de arquitectos que tiene a san Juan de Ortega por patrón.

La parroquia sirve a dos zonas bien diferenciadas: la barriada de san Cristóbal con más de cuarenta años de existencia y mucho trasiego entre sus gentes y la zona del llamado Villímar Sur, un espacio con diez años de historia y con multitud de familias jóvenes. De ahí el alto número de niños y niñas en la Iniciación Cristiana, cercanos a los 200.

En la celebración reciente del 25 aniversario, la comunidad parroquial agradecía a todos los que han hecho posible su puesta en marcha en una emotiva celebración. Y se marcaba el siguiente futuro: Somos una comunidad en construcción. Somos una porción de pueblo en marcha. Somos un proyecto abierto y esperanzado. El barrio y sus gentes aguardan que seamos fermento de renovación.
Si queremos ser más transparencia del evangelio en el barrio, podríamos señalar cuatro puntos cardinales a recorrer en el futuro:

El norte: cultivo de una auténtica experiencia de fe personalizada y actualizada en el seguimiento de Jesús y su Proyecto.
El sur: un mayor compromiso y opción por los más empobrecidos y débiles de nuestro barrio.
El este: crecer en participación y corresponsabilidad de todos en la vida comunitaria.
El oeste: evangelizar y dejarnos evangelizar más por la realidad actual a la luz de la Palabra.