LEYENDAS DEL VALLE DEL CORNEJA
Cuenta otra vieja leyenda de un suceso que ocurrió en
la Venta del Hambre que estaba situada cerca del Villar del Corneja y era un cruce de caminos muy importante, aun se pueden ver sus ruinas cerca de la actual carretera.
Cuentan como un gallego llamado Manuel que era afilador llego a la venta una noche de invierno, mojado por la nieve y aterido por el frío, el posadero le dijo, hasta la hora de irte a dormir te puedes quedar calentándote en la chimenea, llego a la chimenea y había delante de el como unas cinco filas de gente calentándose y el solo conseguía ver el resplandor del fuego en la lejanía, y dijo muy mal me puedo calentar aquí, y empezó a cavilar la forma de quitarse el frío, en eso llego un conocido y le dijo, que tal estas Manolíño te veo muy serio tu que siempre estas de buen humor, y el le contesto levantando la voz para que le oyeran todos, como voy a estar de buen humor si encima de llegar mojado y casi muerto de frío resulta que he perdido la bolsa con el tabaco y el dinero, aunque ya se donde ha sido, en la encina grande que esta nada mas pasar el Puente del Congosto, he parado para apretar la cincha al mulo y allí la he dejado apoyada en el tronco de la encina, mañana antes de que sea de día vuelvo a por ella.
Al poco de decir eso uno de la primera fila recordó que era la hora de echar de comer al caballo, otro le entro de pronto dolor de barriga, otro dijo que le esperaban en Piedrahita y así la mayoría.
En una hora había pasado de no poder calentarse a ser el señor del fuego y allí estuvo bien caliente, mientras los demás pasaron la noche recorriendo los caminos
Cuenta otra vieja leyenda de un suceso que ocurrió en
la Venta del Hambre que estaba situada cerca del Villar del Corneja y era un cruce de caminos muy importante, aun se pueden ver sus ruinas cerca de la actual carretera.
Cuentan como un gallego llamado Manuel que era afilador llego a la venta una noche de invierno, mojado por la nieve y aterido por el frío, el posadero le dijo, hasta la hora de irte a dormir te puedes quedar calentándote en la chimenea, llego a la chimenea y había delante de el como unas cinco filas de gente calentándose y el solo conseguía ver el resplandor del fuego en la lejanía, y dijo muy mal me puedo calentar aquí, y empezó a cavilar la forma de quitarse el frío, en eso llego un conocido y le dijo, que tal estas Manolíño te veo muy serio tu que siempre estas de buen humor, y el le contesto levantando la voz para que le oyeran todos, como voy a estar de buen humor si encima de llegar mojado y casi muerto de frío resulta que he perdido la bolsa con el tabaco y el dinero, aunque ya se donde ha sido, en la encina grande que esta nada mas pasar el Puente del Congosto, he parado para apretar la cincha al mulo y allí la he dejado apoyada en el tronco de la encina, mañana antes de que sea de día vuelvo a por ella.
Al poco de decir eso uno de la primera fila recordó que era la hora de echar de comer al caballo, otro le entro de pronto dolor de barriga, otro dijo que le esperaban en Piedrahita y así la mayoría.
En una hora había pasado de no poder calentarse a ser el señor del fuego y allí estuvo bien caliente, mientras los demás pasaron la noche recorriendo los caminos
