No puede haber paz verdadera auténtica cuando institucionalmente se siguen cometiendo injusticias graves, atropellos graves a la dignidad de la persona humana y, por eso es necesario buscar, luchar por la paz, una paz que esté basada en la justicia, en el respeto a los derechos fundamentales del hombre, a los derechos fundamentales de los pueblos, una paz que sea el fruto de la justicia. (Mons. Proaño, La Juventud y la Paz, Acto en el Colegio Luis Ulpiano de la Torre en Cotacachi, Noviembre de 1.986
…La paz es el fruto de dinamismo, de la acción, de la lucha para que haya justicia, para que los hombres tengan satisfechos sus derechos: su derecho a la vida, su derecho al trabajo, su derecho a la libertad, entonces hay paz. Cuando se conculcan estos derechos fundamentales del hombre, no puede haber paz. (Mons. Proaño, Acto en Piñas, octubre de 1.986)
…La paz no la vamos a lograr en poco tiempo, es grande el objetivo, es trascendental el objetivo. La paz solamente puede lograrse mediante una entrega día a día de una vida entera, de las vidas de los jóvenes de hoy para lograr más tarde una sociedad justa, una sociedad más igualitaria, una sociedad en la que haya libertad, respeto a la libertad de cada uno, una sociedad en la que nos ayudemos unos a otros, dentro de ese respeto a la libertad a ser más personas, a ser más generosos. (Mons. Proaño, U. Técnica de Machala, octubre de 1.986)
…La paz es el fruto de dinamismo, de la acción, de la lucha para que haya justicia, para que los hombres tengan satisfechos sus derechos: su derecho a la vida, su derecho al trabajo, su derecho a la libertad, entonces hay paz. Cuando se conculcan estos derechos fundamentales del hombre, no puede haber paz. (Mons. Proaño, Acto en Piñas, octubre de 1.986)
…La paz no la vamos a lograr en poco tiempo, es grande el objetivo, es trascendental el objetivo. La paz solamente puede lograrse mediante una entrega día a día de una vida entera, de las vidas de los jóvenes de hoy para lograr más tarde una sociedad justa, una sociedad más igualitaria, una sociedad en la que haya libertad, respeto a la libertad de cada uno, una sociedad en la que nos ayudemos unos a otros, dentro de ese respeto a la libertad a ser más personas, a ser más generosos. (Mons. Proaño, U. Técnica de Machala, octubre de 1.986)