Un museo conmemora el paso de La Santa por Zapardiel de la Cañada
EL PUEBLO DE MI PADRE ("Conde")
«Recordar los dos viajes» que Teresa de Ávila realizó a Castellanos de la Cañada es uno de los objetivos de este espacio
El V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa acaba de concluir, pero la gran mística abulense seguirá siendo por siempre patrimonio de Ávila. No en vano, La Santa es junto a la Muralla el gran emblema de estas tierras. No solamente de la ciudad que la vio nacer, también de los municipios de la provincia con los que en vida mantuvo estrechos vínculos, si bien unos son más conocidos que otros. Precisamente para «dar a conocer» la relación de Teresa de Cepeda y Ahumada con Zapardiel de la Cañada y su anejo, Castellanos de la Cañada, la parroquia del municipio alberga un museo dedicado precisamente al «paso y la estancia de La Santa» por ese lugar «durante su juventud», explica el párroco, Samuel Gómez, artífice de esta iniciativa junto a un grupo de feligreses.
La cañada que da nombre a Zapardiel y a Castellanos no es otra que la Cañada Real Soriana Occidental, una de las principales vías de comunicación en tiempos de Santa Teresa, que hasta allí viajó siguiendo ese camino «en dos ocasiones», desvela el sacerdote. «La primera vez tenía 17 años y vino a visitar a su hermana María, que vivía en Castellanos de la Cañada, donde pasó una temporada antes de tomar la decisión de ingresar en el Monasterio de La Encarnación», desvela el sacerdote. Precisamente en recuerdo de aquel viaje, el museo teresiano hace un recorrido «por los pueblos por los que ella pasó», destacándose «lugares como la ermita de Rihondo y su llegada a Ortigosa de Rioalmar, donde hizo una parada para visitar a su tío, cuyos libros sobre espiritualidad influyeron mucho en ella», indica.
. El museo creado en la parroquia de Zapardiel de la Cañada también recuerda la segunda estancia de Santa Teresa en el lugar, cuando habiendo ya tomado los hábitos y «encontrándose delicada de salud», viajó «desde La Encarnación hacia Becedas en busca de una curandera que la sanara», si bien recaló de nuevo en Castellanos de Zapardiel «en casa de su hermana María», donde tuvo que permanecer más tiempo del que ella esperaba debido a que «no era la época propicia para que la curandera hallara en el campo las hierbas que necesitaba», señala. Pese a que finalmente tuvo que pasar allí «todo el invierno», cuando finalmente pudo recalar en Becedas «la curandera no consiguió sanarla, por lo que su padre mandó que regresara a Ávila», apunta el párroco, quien define este segundo viaje como «más reflexivo», por lo que el museo recoge «frases que ella escribió» a lo largo de su vida.
También se han incorporado fotografías de «las 17 fundaciones» que ella fue creando al reformar el Carmelo, así como «imágenes de La Santa en distintos conventos» captadas por el párroco. Además de «dar a conocer su paso por estos pueblos», el propósito del museo teresiano de Zapardiel de la Cañada es «que los vecinos de la zona se acerquen a la figura de Santa Teresa», ya que el fin último de esta iniciativa es «catequizar» a la gente, explica Samuel Gómez.
Pocos son los vestigios que Zapardiel y Castellanos conservan de la época en la que La Santa pasó por allí, la conocida como «Fuente de Santa Teresa» y poco más, ya que «de la casa original de su hermana apenas queda nada», apunta el párroco. Eso sí, la Cañada Real Soriana Occidental sigue pasando hoy, como hace casi quinientos años, por la calle principal del municipio.
Conde tercero
SALUDOS CORDIALES
EL PUEBLO DE MI PADRE ("Conde")
«Recordar los dos viajes» que Teresa de Ávila realizó a Castellanos de la Cañada es uno de los objetivos de este espacio
El V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa acaba de concluir, pero la gran mística abulense seguirá siendo por siempre patrimonio de Ávila. No en vano, La Santa es junto a la Muralla el gran emblema de estas tierras. No solamente de la ciudad que la vio nacer, también de los municipios de la provincia con los que en vida mantuvo estrechos vínculos, si bien unos son más conocidos que otros. Precisamente para «dar a conocer» la relación de Teresa de Cepeda y Ahumada con Zapardiel de la Cañada y su anejo, Castellanos de la Cañada, la parroquia del municipio alberga un museo dedicado precisamente al «paso y la estancia de La Santa» por ese lugar «durante su juventud», explica el párroco, Samuel Gómez, artífice de esta iniciativa junto a un grupo de feligreses.
La cañada que da nombre a Zapardiel y a Castellanos no es otra que la Cañada Real Soriana Occidental, una de las principales vías de comunicación en tiempos de Santa Teresa, que hasta allí viajó siguiendo ese camino «en dos ocasiones», desvela el sacerdote. «La primera vez tenía 17 años y vino a visitar a su hermana María, que vivía en Castellanos de la Cañada, donde pasó una temporada antes de tomar la decisión de ingresar en el Monasterio de La Encarnación», desvela el sacerdote. Precisamente en recuerdo de aquel viaje, el museo teresiano hace un recorrido «por los pueblos por los que ella pasó», destacándose «lugares como la ermita de Rihondo y su llegada a Ortigosa de Rioalmar, donde hizo una parada para visitar a su tío, cuyos libros sobre espiritualidad influyeron mucho en ella», indica.
. El museo creado en la parroquia de Zapardiel de la Cañada también recuerda la segunda estancia de Santa Teresa en el lugar, cuando habiendo ya tomado los hábitos y «encontrándose delicada de salud», viajó «desde La Encarnación hacia Becedas en busca de una curandera que la sanara», si bien recaló de nuevo en Castellanos de Zapardiel «en casa de su hermana María», donde tuvo que permanecer más tiempo del que ella esperaba debido a que «no era la época propicia para que la curandera hallara en el campo las hierbas que necesitaba», señala. Pese a que finalmente tuvo que pasar allí «todo el invierno», cuando finalmente pudo recalar en Becedas «la curandera no consiguió sanarla, por lo que su padre mandó que regresara a Ávila», apunta el párroco, quien define este segundo viaje como «más reflexivo», por lo que el museo recoge «frases que ella escribió» a lo largo de su vida.
También se han incorporado fotografías de «las 17 fundaciones» que ella fue creando al reformar el Carmelo, así como «imágenes de La Santa en distintos conventos» captadas por el párroco. Además de «dar a conocer su paso por estos pueblos», el propósito del museo teresiano de Zapardiel de la Cañada es «que los vecinos de la zona se acerquen a la figura de Santa Teresa», ya que el fin último de esta iniciativa es «catequizar» a la gente, explica Samuel Gómez.
Pocos son los vestigios que Zapardiel y Castellanos conservan de la época en la que La Santa pasó por allí, la conocida como «Fuente de Santa Teresa» y poco más, ya que «de la casa original de su hermana apenas queda nada», apunta el párroco. Eso sí, la Cañada Real Soriana Occidental sigue pasando hoy, como hace casi quinientos años, por la calle principal del municipio.
Conde tercero
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