El tímpano está dividido en dos espacios circulares que relatan la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro, tanto en el momento del banquete como en el de su muerte. Las mochetas que soportan el citado tímpano son de bellísimas formas. En ellas se esculpieron dos cabezas de leones andrófagos y otras dos de
toro. Hay que fijarse meticulosamente en la colección de animales de una de las arquivoltas donde aparece un bestiario nuevo donde ya aparecen tanto basiliscos como arpías y en la cornisa con una extraordinaria colección de personajes que parecen salir de sus tumbas durante el Juicio Final.