Di, Jesucristo, ¿por qué
me besan todos los pies?
Soy
San Pedro aquí sentado,
en bronce inmortalizado,
no puedo mirar de lado,
ni pegar un puntapié,
pues tengo los pies gastados,
como ves.
Haz un milagro, Señor.
Déjame bajar al
río,
volver a ser pescador,
que es lo mío.
Rafael Alberti