En la Plaza de Santa Ana y rodeada de modernos edificios nos encontramos con la bien cuidada y pequeñísima ermita del Cristo de la Luz, con esa bella cruz en la entrada.
Una ermita, que por arto de verse, casi ningún abulense se para a contemplar, el que sube los siete peldaños de sus entrada es para leer las esquelas que en su puerta suelen ponerse.
Una ermita, que por arto de verse, casi ningún abulense se para a contemplar, el que sube los siete peldaños de sus entrada es para leer las esquelas que en su puerta suelen ponerse.