En el trasaltar de la
Catedral y enfrente del
retablo de la
Virgen de Gracia se encuentra este magnifico
monumento esculpido en alabastro por el genial Vasco de la Zarza. Sepulcro donde, después de diversas peripecias, fue enterrado Don Alonso de Madrigal, “El Tostado” Canciller mayor del reino con Juan II, Obispo de
ávila desde febrero de 1453 hasta su muerte en septiembre de 1455
Celebre es su frase dirigida al Papa cuando asistía al concilio de Trento:
Ego non sum plus.