Y DESCANSAR EN SU TIERRA MANCHEGA
Soñaba ser enterrada
sobre la tierra manchega,
en su ruta complicada
tuvo siempre la fe ciega.
Dudaron los familiares,
y alguien grito “fue mi abuela”,
que respetando lugares
todo el mundo se consuela.
Dejar que siga la vida
mientras que el alma se vuela,
una luz sigue encendida
luciendo más que una vela.
Las palabras se amontonan
sobre las cortas esquelas,
aunque poco solucionan
querer poner negras telas.
Las memorias son reflejos
que nadie borrar pudiera,
sabemos que el vivir lejos
a veces te desespera.
La Mancha sigue esperando
los restos de alguna abuela,
el tiempo nos va marcando
algo que te desconsuela.
Cuando se tienen pasiones,
si los vientos se aceleran,
hay penosas sensaciones
de mirarse las carteras.
La vida te da razones
que no saben de infinito,
y marca sus tentaciones
en el más penoso grito.
Ya no valen los lamentos
con borradas intenciones,
ni comentar sufrimientos
exigiendo bendiciones.
G X Cantalapiedra.
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