Puerta del Sol, TOLEDO

La escarpada pendiente que conduce a la ciudad, a través de la Bab-al-Mardum (Puerta del Mayordomo) hoy llamada Valmardón o del Cristo de la Luz, impracticable para carruajes y fatigosa para las caballerías, obligó a trazar otro paso, más suave, paralelo a la muralla, con menos aspereza, que facilitara la entrada a los carruajes, cuyo ingreso lo constituye la Puerta del Sol.

A pesar de su disposición de torre albarrana (perpendicular a la muralla) es una auténtica entrada a la ciudad.

Construida en la época del Arzobispo Tenorio (1375 - 1399) está considerada como la más gallarda y hermosa puerta del mudéjar, claro ejemplo de armonía y fortaleza.

Los torreones están construidos de mampostería; y el acertado juego de arcos de ojiva apuntados y de herradura de acceso, en sillares de granito; mientras que la decoración de las dos series de arcuaciones, matacanes y almenas así como la obra del interior, lo son de ladrillo, maridaje de materiales muy frecuente en las obras mudéjares.

Sobre arco de herradura, se añadió en el siglo XVI, un medallón con el tema de la Imposición de la Casulla a San Ildefonso, inscrito en un triángulo. Posteriormente se pintó a ambos lados un Sol y una Luna, motivos por lo que se cambió su denominación de Puerta de la Herrería en Puerta del Sol, hace unos 200 años.

En el centro del primer friso de arcos entrelazados, aparece una pequeña ventana, cuya misión quizá no fuera otra que para las palomas mensajeras, y debajo de dicha ventana un relieve de mármol con el tema de la negación de San Pedro, procedente de un sarcófago paleocristiano.
(29 de Febrero de 2024)