Se edificó por encargo de Samuel-ha-Levi Abulafia (almojarife en la corte del rey Pedro I de Castilla), entre los años 1355 y 1357, como
capilla privada del
palacio que, en un gesto de grandilocuencia constructiva, impropia de un hebreo, había ordenado levantar sobre una gran extensión junto al Tajo y cuyos límites llegaban hasta el mismo borde del
río.
La sinagoga, pensada como oratorio del palacio, con el que se comunicaba directamente, es la única estructura que ha sobrevivido del mismo.
Su sencillo diseño en planta
salón es semejante al de muchas
capillas de
palacios y
castillos cristianos de la época, aunque por la notable elevación de sus muros sobresale sobre aquéllas por su espacio interior de claridad y limpieza de geométrica insuperable. Se cubre con un rico artesonado de madera de alerce que lleva incrustaciones de marfil y decoración pintada.