A ver ese ocañense casado con una pajarera: supongo que hace 23 años estaba el mismo que hace 11, cuando yo me casé. Pues bien, es verdad que se opone rotundamente a celebrar bodas en la ermita. ¿Fórmula? Saber que en agosto se toma las vacaciones. Así, yo me casé en la ermita, con otro cura muxísimo más simpático, y sin problemas. Diplomacia, sentido común y mano izquierda (no va con segundas), eso es lo que a veces funciona con la iglesia. ¡Ah! Y una buena ''limosna'' para el cepillo!
