En la cuesta de San Miguel, que sube desde Santa María hacia el centro de la ciudad, se encuentra uno de los edificios más interesantes de Guadalajara, una obra maestra de la arquitectura en ladrillo: la capilla funeraria de Luis de Lucena, también llamada de los Urbina o de Nuestra Señora de los Angeles. Esta capilla, que estuvo adosada a la iglesia de San Miguel, ya desaparecida, revela la tradición mudéjar en el uso del ladrillo, pero su estilo caprichoso obedece al manierismo del siglo XVI. Fue ... (ver texto completo)