VILLEL DE MESA: VILLEL DE MESA...

VILLEL DE MESA

EL TRONCO VACIO DE UN OLMO.

Dos olmos fueron los que murieron de pie mientras iban creciendo al inficinito. Pero tambien llegan las enfermedades a los árboles y no menos a los olmos de la capital del Valle del Mesa.

El primero, al que corresponde esta fotografía, iba creciendo, aunque con dificultad por los siglos de su vida, en el camino hacía la ermita de los Pastorcillos. Un camino, en el que rodan las piedras y a la izquierda, al pasar, dejamos la cueva negra. Que por cierto, deconocemos su nombre, por ni tiene cueva ni esta negra. Un lugrar de reunión por la tarde en el tiempo de otoño e invierno, tanto la juventud como las personas mayores, nos refugiamos en aquellos tiempos a tomar los rayos del sol, hasta que se escondiía con la la cueva de Lutero. Y en ese camino, junto a la última fragua del pueblo, reposó el último tronco del olmo. Serrado, y como si la propia madera sirviera de tumba allí quedo con el recuerdo de tantas generaciones que pasaron bajo su sombra. Estaba muy cerca de la última serradora, hoy vivienda de la familia Bayo.

El segundo tronco que fue expuesto, correspondió al olmo de la ermita de Jesús Nazareno. La base del mismo, allí quedo, bajo una capa de cemento. Algunas personas reposan mientras han recorrido varios Km. en su paseo, otros contemplan su gran diámetro y, alzando su mirada al cielo recuerda su altura y gran ramaje. Ahora. todo ha quedado en cenizas.

Son los árboles que van creciendo y van muriendo con sus propias enfermedades, nos recuerda el de la plaza de Mochales y con especial cariño al olmo del pueblo de Amayas, el único que se ha salvado. Los entendidos, dicen, que olmas se salvaron y que los olmos murieron.

Crónica HERMENEGILDO PEDRO LARRAD, corresponsal de Villel de Mesa, Noviembre 2010


5 Cts/kWh para tarifa 3.0 TD, autónomos y empresas
Llama al 654 409 325, ofertas especiales para Pueblos de España