Aunque son mis padres los que nacieron en
Utande, yo también me siento de allí. He estado este
verano y lo cierto es que cada vez me gusta más, aunque habría que señalar algunas cosas negativas:
A) Parece ser que desde el
ayuntamiento no se presta mucha atención a las necesidades reales del
pueblo: un local para los jóvenes, acondicionamiento del
parque y de la
fuente vieja, asfalto en las dos entradas del pueblo, un centro cívico en el que se pueda respirar (por favor, abrid las
ventanas) una plan
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