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TRAID: Hombre, hombre, ahí quería yo llegar. Aragón y Castilla......

Hombre, hombre, ahí quería yo llegar. Aragón y Castilla... Y durante mucho tiempo: el señorío de Molina, mas o menos independiente, con sus fueros, sus libertades y el lógico ordenamiento heredado del derecho romano. Apasionante descubrir que mientras en el resto de Europa el Feudalismo sometía a la gleba a una mayoria de la población, AQUí, no digo ya en nuestra tierra, EN NUESTRO TERRUñO, quizá por los condicionantes de la repoblación, por la magnanimidad de sus señores, por el estado de guerra latente en una tierra de frontera en la que el Cid no fue sino otro caballero más y hoy eras taifa pagano y mañana infiel por recuperar, AQUí el pueblo llano, por humilde que fuese su oficio o sus ocupaciones, tenía ciertos privilegios -aún tributando a caballeros de la sierra y manteniendo a una administración de alcaldes, jueces, etc etc.- tenía, en fin, libertad de movimientos. ¡NADA MENOS! Y eso en la transición de la Alta a la Baja Edad Media.¡Y eran gobernados por un Concejo de comuneros!, un parlamento con todas las de la ley. A escala, eso sí. Y un parlamento y una Admón. Que estaba controladisima por el fuero que ellos -y el Conde, claro- se habían dado, que impedía, al menos sobre el papel, los abusos y las corruptelas. Y en el Señorío de Molina, ya en el prólogo aparece citado el derecho que asistía a los que allí se asentasen de recibir sal de Trayt -de sus salinas-. Bien vale una leída , aún en castellano antiguo, la Carta Puebla o Carta fundacional de la villa de Molina, ahora que a todo el mundo le da por considerarse "nacionalidad histórica". Y no precisamente para imitar a estos mendicantes de presuntas singularidades pretéritas, sino para anonadarlos con los datos de realidades palpables expuestas con la modestia que da la sencillez y la seguridad del que no tiene que tergiversar ni una coma de la Historia de la que puede sentirse bien orgulloso.