Lo que está claro es que, impresionante o no, cada intervención que se añade borra otra tal vez no menos impresionante. Y debería quedar constancia en algún sitio. Si no, seguimos el
camino de Sísifo. Desandar, deshacer lo ya hecho. ¿Porqué exprimirse eternamente para volver al mismo sitio? ¿Alguien toma nota? ¿Elucubramos solo? ¿Tantas cabezas privilegiadas hay que se interesan en nuestro
pueblo, que hablan de su pasado o su futuro como para reducir sus comentarios a lo efímero? Cualquier día algún
... (ver texto completo)