Las cosas están del siguiente modo: si Julio hacía trapicheos (porque los hizo) y luego guiñaba el ojo para pedir complicidad, decíais que es que era muy gracioso; si Julio daba voces a sus convecinos y se comportaba de manera maleducada, decíais que es que tenía un par de güevos; si de las obras que hizo se quedaba con algo, decíais que estaba en su derecho, porque "ya que lo hacía él"...; si se ponía a malas con alguien, "es que ese alguien era un impresentable"; si despedía a alguien del ayuntamiento ( secretaria, maestro de música)"es que estaban engañando al pueblo"; si se dejaban a deber simples bombillas del alumbrado público en todos los pueblos de la comarca "es que estaban defectuosas"... O sea, que haga lo que haga, siempre os va a parecer bien, así que no merece la pena discutir más sobre el tema.