Sigüenza es
plaza de hondo anclaje en el corazón del que suscribe. En Sigüenza están las imagenes de mi niñez, esas que son fundamentales para reconocerse como ser humano. Sin embargo hay un punto negativo: no tengo ningún
amigo en Sigüenza. Todos mis
amigos eran de fuera y están fuera por eso cuando recorro sus
calles me asaltan a cada paso sus fantasmas. Si, yo también estudié en la Safa, ese
colegio infame donde a pesar de todo nos pasaron cosas tan importantes. Un beso a todos los compañeros
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