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LA VENTOSA: Hola paisanos...

Hola paisanos
La mayoría de los que vivimos fuera no tenemos noticia, de si este año se an cantado los Mayos, como manda la tradición y si el dia de San Isidro sige siendo fiesta. Recuerdo con nostalgia, de cuando muchacho de pantalón corto, entre tantas cosas la procesión por esos campos verdes los “costones” y orillas de los caminos llenas de flores, las campanas “ al vuelo” el estampido de algunos cohetes al cielo y el murmullo de los rezos pidiendo a San Isidro por la cosecha. Por nuestro reportero Manuel nos llegan noticias de que se celebro una comida de hermandad, aun que no nos cuenta el motivo de la celebración. Aunque el motivo no sea lo mas importante lo principal es reunirse y pasar un buen rato.
Estoy de acuerdo con lo que comenta Juanito el Monaguillo, de que no se devén de perder las pocas tradiciones que quedan, por varios motivos, Por que forman parte de nuestra cultura, por que si las perdemos, perderemos uno de los alicientes para que los hijos y nietos de los que un dia tuvimos que salir a ganarnos la vida, sigan viniendo, y que las fiestas sigan siendo un motivo de encuentro etc. Como tanbien estoy de acuerdo con el Monaguillo de que la iniciativa de cualquier acto cultural, o fiesta que sea por el bien del pueblo debe partir desde el Ayuntamiento buscando la colaboración de los vecinos tanto de los residentes como los que vivimos fuera. Pero liderando o apoyando cualquier iniciativa que a titulo particular surja y que sea beneficiosa para todos.
I de las calles tranquilas del pueblo a las calles del País. Arde la calle, tanto al sol de poniente como al de levante. A la gran manifestación diaria de millones de personas en las colas del paro, se unen los estafados con las preferentes, los protectores de los desahuciados, los indigentes que buscan desechos para alimentarse, los dependientes desamparados, el personal sanitario obligado a ahorrar hasta en medicinas, los de los escraches, con razones o sin ellas, y miles de escolares, maestros y padres que parecen abocados a volver a los remotos tiempos de la tiza y el encerado. Hasta los del 15-M celebran su segundo aniversario con nuevas marchas y, si cabe, con las mochilas más cargadas de argumentos. Rajoy, por su cuenta o por mandato, se empeña en hacerle un agujero más al cinturón que sostiene los pantalones de España, y el país, hecho una braga, ya está sintiendo demasiado peso sobre sus hombros. Rajoy parece haber perdido oído, vista y tacto en estos duros meses de gobierno y quizá no se da cuenta de que empiezan a tocar a rebato porque la necesidad es mucha, las perspectivas nulas y las esperanzas se tornan povisa que se la lleva el viento. Arde la calle con el calor que ya nos sacude y la calientan aún más las afrentas con las que nos desayunamos día tras día: los presuntos mangoneos de Iñaki, jubilaciones multimillonarias como las del banquero Sáenz, los millones de Bárcenas en Suiza y la madre que lo parió. Ahora sí que la gente puede gritar con todo derecho aquello de "la calle es mía", quién lo iba a decir, amigo Fraga, porque no le queda más remedio y alternativa que salir a proclamar su rabia. Arde la calle porque se está llegando al hastío ante tanta incompetencia de nuestros gobernantes, incapaces de ponerse de acuerdo en nada, y tanto desprecio al pueblo que paga impuestos. Arde la calle y lo que me extraña es que no explote hoy mismo porque Mariano, tío, nos has metido en barrena. Y si era poco, el Madrid a perdido la copa. Ay, señor, qué fatiga.
UNO MAS