Como figuras de un belén veo ahora a la mujeres, mayores o mozas, lavando la ropa en los lavaderos "del pilar viejo"o la "fuente la Peña"van y vuelven canasta en el "anca,"tabla estriada bajo el brazo y su pedazo de jabón, manufacturado por ellas mismas. Sobre unos cardos o arbustos tendian sabanas, ropa interior"la muda"y los trapos de cocina"rodillas"al sol, y cuando estaba seca ya tenian, una faena echa, ademas de echarle de comer a los animales caseros, cerdos, gallinas, conejos, y las tareas propias de la casa, sin ningun electrodomestico, de los que hoy nos parece imposible, la vida sin ellos, el frigorifico, lavadora, horno, vitroceramica, plancha, ect... y el agua a las afueras del pueblo que cada cual acareaba con cantaros según sus medios, en burro, con una carretilla, o en la cadera, las menos en la cabeza con un rodete de tela. Sin descanso pendientes de los suyos, haciendo malabares, para que no faltara el pan en la mesa, un pan que sabia a gloria, echo por ellas en el horno de leña. Zurciendo y remendando la ropa para alargar su uso o como decia una cancioncilla// estoy loco de contento, por que mea echo mi madre, unos pantalones nuevos, de unos viejos de mi padre// el dia a dia era muy duro en esos campos, de burros labrando la tierra, que daba apenas para comer, y esos pueblos de escabeche y moscas, mirando sienpre al cielo con temor, y esperanza.
Como parte muy importante de la vida del pueblo guardo todo eso con cariño, y admiración, pero prefiero preguntarme por qué las puertas de las casas, incluso de noche, permanecian abiertas; prefiero ahora recordar a los vecinos charlando en sus puertas hasta altas horas de la noche; prefiero ahora recordar el cariño, la hospitalidad, la unión familiar, el valor de la amistad, de la alegria sana a pesar de la penuria.
Hoy siguen las mismas calles serpenteantes, pero con un asfalto mas firme para los motores de la polución. Diria que le han depilado la cara al pueblo. Con las nuevas casas, cada una a su estilo. No sé si queda mas bonito. El campo, las eras han cedido terreno para las naves. El numero de residentes, aun habiendo mermado a partir de los años 60, en época estival casi alcanza la cifra que tenia el pueblo en la década de los 50, pues en verano los emigrantes regresamos a nuestro lugar de origen y es grande la atración que ejerce el turismo rural nacional. El clasismo y el cacique se han alejado. Ya no existe el olor a tierra mojada ni a estiércol ni el sab
or a pobreza. El sufrido y bello burro pardo sólo queda en las fotos y en el recuerdo de la gente.
Presente y pasado. No quiero comparar. No quiero ser nostálgico, pero.......////El Monagillo
Como parte muy importante de la vida del pueblo guardo todo eso con cariño, y admiración, pero prefiero preguntarme por qué las puertas de las casas, incluso de noche, permanecian abiertas; prefiero ahora recordar a los vecinos charlando en sus puertas hasta altas horas de la noche; prefiero ahora recordar el cariño, la hospitalidad, la unión familiar, el valor de la amistad, de la alegria sana a pesar de la penuria.
Hoy siguen las mismas calles serpenteantes, pero con un asfalto mas firme para los motores de la polución. Diria que le han depilado la cara al pueblo. Con las nuevas casas, cada una a su estilo. No sé si queda mas bonito. El campo, las eras han cedido terreno para las naves. El numero de residentes, aun habiendo mermado a partir de los años 60, en época estival casi alcanza la cifra que tenia el pueblo en la década de los 50, pues en verano los emigrantes regresamos a nuestro lugar de origen y es grande la atración que ejerce el turismo rural nacional. El clasismo y el cacique se han alejado. Ya no existe el olor a tierra mojada ni a estiércol ni el sab
or a pobreza. El sufrido y bello burro pardo sólo queda en las fotos y en el recuerdo de la gente.
Presente y pasado. No quiero comparar. No quiero ser nostálgico, pero.......////El Monagillo
