Foro de BELMONTE (Cuenca)
ANÉCDOTA
PROLOGO: quiero contar esta anécdota la cual me sucedió un 8 de diciembre del 1960, pues ya ha llovido pero permanece ella fresca en mi memoria, y la quiero contar para que quede constancia de ella porque no es de provecho que permanezca en embrión en mi memoria por no dar lugar a su alumbramiento.
Aquel 8 de Diciembre día de la Purísima Concepción regresaba a la finca de Haro ubicada entre los términos de Carrascosa de Haro, Fuentelespino de Haro, y Alconchel de la Estrella, la finca era propiedad de Don Ramón Lodares y de Doña Consuelo Hurtado Lodares en la cual un servidor servía como labrador.
Pues en la tarde noche del día anterior había venido al pueblo (Belmonte-Cuenca) para mudarme y a la mañana siguiente como dije cogí la bicicleta y a la 6 de la madrugada me puse en carretera para irme a la finca, pues me había tocado cuartel, esto se hacía para cuidar las mulas porque por el día el cuadrero no prestaba su servicio, pues lo gañanes hacíamos este servicio rotativo y cada día de fiesta le tocaba a uno.
Pues al principio de ponerte en carretera estas un poco frio, pero una vez que has empezado a pedalear en la bicicleta el cuerpo coge su temperatura y más a esa edad de los dieciocho años que tienes todas las energías dentro del cuerpo si no las has gastado.
Pero al llegar a la finca me sucedió lo que no esperaba que salieron de la finca los dos mastines que teníamos hacia mi ladrando, pues me tuve que bajar de la bicicleta y ponérmela de escudo, pues creía que me comían, hasta que a fuerzas de decirles PICHO, PICHO Y PICHO desistieron de su intento, pero que mal rato pase, y eso que mil veces los había acariciado, y echado pan para que comiesen,
Y es que como dice el refrán por la noche todos los gatos parecen pardos.
Pues el suceso se grabo bien en mi MEMORIA y ahora lo he sacado tal y como me sucedió.
Los perros por la noche no conocen a sus amos, y más si se llega a una hora intempestiva, fuera de la acostumbrada.
Del poeta de Belmonte
07.12.2014
ANÉCDOTA
PROLOGO: quiero contar esta anécdota la cual me sucedió un 8 de diciembre del 1960, pues ya ha llovido pero permanece ella fresca en mi memoria, y la quiero contar para que quede constancia de ella porque no es de provecho que permanezca en embrión en mi memoria por no dar lugar a su alumbramiento.
Aquel 8 de Diciembre día de la Purísima Concepción regresaba a la finca de Haro ubicada entre los términos de Carrascosa de Haro, Fuentelespino de Haro, y Alconchel de la Estrella, la finca era propiedad de Don Ramón Lodares y de Doña Consuelo Hurtado Lodares en la cual un servidor servía como labrador.
Pues en la tarde noche del día anterior había venido al pueblo (Belmonte-Cuenca) para mudarme y a la mañana siguiente como dije cogí la bicicleta y a la 6 de la madrugada me puse en carretera para irme a la finca, pues me había tocado cuartel, esto se hacía para cuidar las mulas porque por el día el cuadrero no prestaba su servicio, pues lo gañanes hacíamos este servicio rotativo y cada día de fiesta le tocaba a uno.
Pues al principio de ponerte en carretera estas un poco frio, pero una vez que has empezado a pedalear en la bicicleta el cuerpo coge su temperatura y más a esa edad de los dieciocho años que tienes todas las energías dentro del cuerpo si no las has gastado.
Pero al llegar a la finca me sucedió lo que no esperaba que salieron de la finca los dos mastines que teníamos hacia mi ladrando, pues me tuve que bajar de la bicicleta y ponérmela de escudo, pues creía que me comían, hasta que a fuerzas de decirles PICHO, PICHO Y PICHO desistieron de su intento, pero que mal rato pase, y eso que mil veces los había acariciado, y echado pan para que comiesen,
Y es que como dice el refrán por la noche todos los gatos parecen pardos.
Pues el suceso se grabo bien en mi MEMORIA y ahora lo he sacado tal y como me sucedió.
Los perros por la noche no conocen a sus amos, y más si se llega a una hora intempestiva, fuera de la acostumbrada.
Del poeta de Belmonte
07.12.2014