AL MAESTRO FRAY LUÍS DE LEON *
“Siendo yo un labriego: llene mis alforjas en tu venero”
Absorto me quedo verte pintar tu retrato
Te estoy viendo todo silencioso y callado
Puede ser un atrevimiento no descartado
Pero a tu obra me he acercado por tu trato..
Quiero darte a conocer toda mi simpatía
Dejo en vuelos mi facultad imaginativa
Para que de con el venero de mi creativa
Pues seguro estoy no desfallecer de apatía.
Maestro, abrevo en tu Lírica y tu Prosa
Con simpatía, con alegría, por tu cortesía
Tu pan, es alimento que calma mi ambrosia
Tu, rica alma hebraica de haberes jugosa.
Me a acerco a tu obra de noche y de día
Descubro, como navegaste en océanos
Siendo Tu, nacido en tierras de secanos
En Belmonte, niño vistes como amanecía.
Conocías el aire cierzo frio como el ábrego
Te fuiste del pueblo a edad muy temprana
Al rígido toque de la campana carmelitana
Llegas a Salamanca, te espera el camarlengo.
Fuiste concebido par vivir en paz en cielo
Pero en la tierra que duro te lo pusieron
Negros cuervos, cogerte en mal quisieron
No querían ni tu sabiduría ni tu desvelo.
Te defendiste con tus garras de León fiero
Cobijado en tu madre estrella de los mares
La que no nos olvida nunca en lo avatares
Y a sus hijos cuida como al mismo lucero.
Letrado fuiste de ti mismo en tu defensa
El amor a Cristo y tu verdad lo magnifica
Y el tribunal de la Inquisición lo ratifica
”Como decíamos ayer” perdonaste la ofensa.
Del poeta de Belmonte
“Siendo yo un labriego: llene mis alforjas en tu venero”
Absorto me quedo verte pintar tu retrato
Te estoy viendo todo silencioso y callado
Puede ser un atrevimiento no descartado
Pero a tu obra me he acercado por tu trato..
Quiero darte a conocer toda mi simpatía
Dejo en vuelos mi facultad imaginativa
Para que de con el venero de mi creativa
Pues seguro estoy no desfallecer de apatía.
Maestro, abrevo en tu Lírica y tu Prosa
Con simpatía, con alegría, por tu cortesía
Tu pan, es alimento que calma mi ambrosia
Tu, rica alma hebraica de haberes jugosa.
Me a acerco a tu obra de noche y de día
Descubro, como navegaste en océanos
Siendo Tu, nacido en tierras de secanos
En Belmonte, niño vistes como amanecía.
Conocías el aire cierzo frio como el ábrego
Te fuiste del pueblo a edad muy temprana
Al rígido toque de la campana carmelitana
Llegas a Salamanca, te espera el camarlengo.
Fuiste concebido par vivir en paz en cielo
Pero en la tierra que duro te lo pusieron
Negros cuervos, cogerte en mal quisieron
No querían ni tu sabiduría ni tu desvelo.
Te defendiste con tus garras de León fiero
Cobijado en tu madre estrella de los mares
La que no nos olvida nunca en lo avatares
Y a sus hijos cuida como al mismo lucero.
Letrado fuiste de ti mismo en tu defensa
El amor a Cristo y tu verdad lo magnifica
Y el tribunal de la Inquisición lo ratifica
”Como decíamos ayer” perdonaste la ofensa.
Del poeta de Belmonte