2ª CAVILACIÓN
Era a últimos de octubre o primero de noviembre cuando se efectuaban las grandes cacerías en una finca que le dice la Veguilla entre los términos de Rada de Haro, la Alberca de Záncara, Carrascosa de Haro, Villaescusa de Haro, las Pedroñeras y Belmonte, a estas cacerías acudían los más granado del gobierno de Generalísimo Don Francisco Franco Bahamonde, y se celebraba casi siempre en domingo,
El sábado por la noche iban los guardas a la plaza del Caudillo de Belmonte a contratar muchachos que quisieran ir de ojeadores el domingo y se apuntaban todo el que quería y yo también me apunte, pues pagaba bien y total no había mucho que hacer sino grita para levantar la caza y fuese ha donde estaban los cazadores en sus puestos.
Aquella mañana salimos la juventud de Belmonte que se había apuntado para ser ojeadores y el sitio en el que quedamos con los guardas que pasarían a recogernos el domingo a las siete de la mañana era la casa de Primitivo para empezar con el ojeo con.
Me acuerdo de que íbamos algunos amigos y pensábamos de coger alguna pieza porque en los últimos ojeos había probabilidad de hacerlo ya que la caza estaba cansada y no volaba sólo corría, pues algunas perdices cogimos y las escondimos entre las marañas con el fin de que al terminar de ojear fuéramos a recogerlas.
Se hizo de noche y al termina de recoger las perdices, me dijeron que ellos aquella noche se quedaban en casa del guarda ya que uno de ellos era hermano de la mujer del guarda.
Entonces pensé en lo que me tocaba era ir a la casa del Primitivo a coger mi bicicleta ir poner rumbo a Belmonte, Jolines pero como era de noche y no había Luna me desoriente y cogía el camino para ir a la casa de Primitivo y y siempre volvía al mismos sitio entonces no me quedo más remedio que coger la dirección a Belmonte y venir a través del monte y a oscuras, que buenos pies tenía yo a mis veinte años nada se me ponía por delante, pues me acuerdo que cogí la dirección buena pero cerro arriba y cerro abajo llegue a una casa de campo llamada la Morra y allí había estado con mi padre alguna vez y me dio alegría porque me dije ya estoy salvado pues sigue esa dirección y llegue al Castillo de Belmonte baje la cuesta y llegue a mi casa ya estaban dispuestos mis hermanos y mis primos a salir a buscarme, cuando llegué a mi cas mi padre me echo una gran reprimenda por haberme fiado de esos amigotes que me la jugaron menos mal que no paso nada, pero fue una experiencia que aunque ha pasado los años todavía la recuerdo como si la viviese.
Saludos cordiales
Del poeta de belmonte
04-10-23
Era a últimos de octubre o primero de noviembre cuando se efectuaban las grandes cacerías en una finca que le dice la Veguilla entre los términos de Rada de Haro, la Alberca de Záncara, Carrascosa de Haro, Villaescusa de Haro, las Pedroñeras y Belmonte, a estas cacerías acudían los más granado del gobierno de Generalísimo Don Francisco Franco Bahamonde, y se celebraba casi siempre en domingo,
El sábado por la noche iban los guardas a la plaza del Caudillo de Belmonte a contratar muchachos que quisieran ir de ojeadores el domingo y se apuntaban todo el que quería y yo también me apunte, pues pagaba bien y total no había mucho que hacer sino grita para levantar la caza y fuese ha donde estaban los cazadores en sus puestos.
Aquella mañana salimos la juventud de Belmonte que se había apuntado para ser ojeadores y el sitio en el que quedamos con los guardas que pasarían a recogernos el domingo a las siete de la mañana era la casa de Primitivo para empezar con el ojeo con.
Me acuerdo de que íbamos algunos amigos y pensábamos de coger alguna pieza porque en los últimos ojeos había probabilidad de hacerlo ya que la caza estaba cansada y no volaba sólo corría, pues algunas perdices cogimos y las escondimos entre las marañas con el fin de que al terminar de ojear fuéramos a recogerlas.
Se hizo de noche y al termina de recoger las perdices, me dijeron que ellos aquella noche se quedaban en casa del guarda ya que uno de ellos era hermano de la mujer del guarda.
Entonces pensé en lo que me tocaba era ir a la casa del Primitivo a coger mi bicicleta ir poner rumbo a Belmonte, Jolines pero como era de noche y no había Luna me desoriente y cogía el camino para ir a la casa de Primitivo y y siempre volvía al mismos sitio entonces no me quedo más remedio que coger la dirección a Belmonte y venir a través del monte y a oscuras, que buenos pies tenía yo a mis veinte años nada se me ponía por delante, pues me acuerdo que cogí la dirección buena pero cerro arriba y cerro abajo llegue a una casa de campo llamada la Morra y allí había estado con mi padre alguna vez y me dio alegría porque me dije ya estoy salvado pues sigue esa dirección y llegue al Castillo de Belmonte baje la cuesta y llegue a mi casa ya estaban dispuestos mis hermanos y mis primos a salir a buscarme, cuando llegué a mi cas mi padre me echo una gran reprimenda por haberme fiado de esos amigotes que me la jugaron menos mal que no paso nada, pero fue una experiencia que aunque ha pasado los años todavía la recuerdo como si la viviese.
Saludos cordiales
Del poeta de belmonte
04-10-23