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BELMONTE: Leyenda: original del POETA DE BELMONTE...

Leyenda: original del POETA DE BELMONTE

ISIDORO

En el Año 560 de nuestra Era había una familia greco-romana que vivía en Sevilla, y que tuvo cuatro hijos una hembra y tres varones, todos ellos cogieron él habito del estudio y el camino de Cristo, menos el benjamín de la familia que vivía con sus padres.

Este niño era un poco travieso y se llamaba Isidoro le gustaba jugar, correr y divertirse con otros niños de su misma edad, era muy inteligente y vivía despreocupado de todo, pero le llego lo inesperado que murieron en poco espacio de tiempo sus padres y se quedo huérfano, sus hermanos pensaron una solución rápida y práctica, como el que Isidoro entrara en un convento, Isidoro estuvo de acuerdo con la propuesta de sus hermanos, porque no veía otra solución más cercana.

Y así se hizo, al poco tiempo ingreso en la orden religiosa que le habían buscado sus hermanos y en la cual le aceptaron con mucha alegría, pero el niño poco a poco se desilusiono, porque le exigían horas de dedicación a las materias que había que estudiar, y a los rezos de la orden y todo esto suponía un esfuerzo, y tenia que levantarse temprano, a la hora conventual cuando se levantaban todos los miembros de la orden, y a Isidoro le costaba mucho trabajo ya que no tenia la costumbre adquirida, y aparte no le gustaba aquella vida de tanto rigor..

Una mañana del mes de abril Isidoro se levanto muy temprano y mientras los demás dormían el se escapo por la puerta de la huerta del convento en la cual no había cerradura, y comenzó a caminar horas y horas hasta que le entro el cansancio y busco un lugar cómodo para descansar, que vino a ser el brocal de un pozo que había en la vera del camino, y al poco rato de estar sentado le entro sueño y se quedo dormido, hasta que le llego el ruido de los cencerro de un rebaño de ovejas que los pastores traían a que abrevasen a aquel pozo.

Isidoro estaba medio dormido cuando llegaron los pastores, estos lo saludaron y se quedaron extrañados al verlo allí solito y sin ningún hatillo donde llevara las provisiones para el viaje, los pastores estuvieron almorzando y le ofrecieron de todo lo que ellos tenían como era pan, queso y algo de tocino.

Isidoro mientras comía de lo que le habían dado los pastores, observaba todo los movimientos de los pastores y como sacaban el agua del pozo con un cubo atado a una soga, y como esta rozaba la piedra del brocal, la soga había ido rozando la piedra, y de tanto pasar por el mismo sitio, le había hecho una hendidura muy profunda.

Entonces Isidoro se fijo en aquel fenómeno llegando a pensar de como un cuerpo más blando puede llegar a cortar otro más duro a fuerza de pasar muchas veces sobre él, y estando en este pensamiento llego a pensar que había sido por el número de veces que el cuerpo blando se había deslizado por el duro.

Y concibió la idea del GENIO que todo consistía en el tiempo y la perseverancia, y que a fuerza de repetir las cosas se adquiere el hábito y este engendra la virtud de la sabiduría, y pensó de volver otra vez a donde había estado.

Agradeció a los pastores todo lo que habían hecho por él y despidiéndose de ellos se marcho de aquel lugar, y al día siguiente llegaba al Monasterio para empezar a aplicar la IDEA que él había observado, llegando a ser el hombre más sabio de su tiempo.

Y hoy se le venera en los altares como San Isidoro patrón de Sevilla..