BELMONTE: Reflexión...

Reflexión
“No admiro la agilidad del pájaro, sino el destino del árbol que muere donde nace”

Esta frase la podemos interpretar de una forma literal, o reflexionarla y adaptarla a una experiencia personal, y muchas personas nos hubiera gustado morir donde hemos nacido y haber disfrutado de la vida sin tener estrecheces, pero hemos tenido que salir de nuestros pueblos en busca de trabajo, cosa que no teníamos en el pueblo.

Los pájaros que nacieron en los tejados de los edificios del pueblo no tuvieron necesidad de emigrar porque allí encontraron el calor de sus nidos, también se alimentaron de los desperdicios que encontraron por las calles y si se criaron en el campo también se alimentaron de lo que había en él.

Los que emigramos y salimos de nuestros pueblos por una necesidad imperiosa, porque nos falto el trabajo y nos fuimos al albur en busca de trabajo y de labrarnos un porvenir cosa que no hubiéramos conseguido si nos hubiésemos, quedado en el pueblo, también favorecimos aquellos que se quedaron en el pueblo y no tuvieron necesidad de emigrar.

Cuando salimos del pueblo de alguna forma y manera fuimos en busca de un mejor porvenir y nos tuvimos que adaptar a nuevas costumbre y a nuevos horarios de trabajo a comer en los bares y hacer vida familiar en casa ajena donde éramos extraños y teníamos que pagar todo cuantos nos hacían como era el lavarnos la ropa y el dormir,
y todo esto había que pagarlo de un sueldo que más bien era bajo, pues a duras peras si con él se cubría gastos.

Cuando íbamos de vacaciones cada uno contaba la feria según le iba en ella, pero había individuos que creían que veníamos del paraíso terrenal, y quizás llegábamos más trabajados que lo que se quedaron en el pueblo, en la capital los trabajos caen en la mayoría a larga distancia de donde teníamos la residencia y para hacer las ocho hora tenia que invertir diez o más horas. Porque el viaje del trayecto te lo tenias que pagar tu y de tu sueldo

10-04-24