Reflexión
“Señor no me dejes caer en la tentación y líbrame de todo mal”
Estas palabras del padrenuestro son las que Cristo nos enseño cuando los discípulos le dijeron Señor. Enséñanos a rezar, quizás el padre nuestro sea la oración que más se ha repetido a. través de los siglos y seguirá repitiéndose hasta el final de los siglos.
Quizás sea un servidor uno de los que no haya reflexionado sobre la importancia que tiene el padre nuestro por haberlo rezado con la rutina de siempre uno detrás de otro, pero hoy quiero hacerlo, porque cuantas veces a lo largo de mi vida el Señor no me ha dejado de caer en la tentación.
Y él ha estado a mi lado para líbrame de los peligros en los que he incurrido por no pensar lo suficiente, pero es muy cierto que el necio a través de sus fracasos va cauterizando sus heridas, cuantas veces por necedad he incurrido en alguna falta que hubiese podido evitar si la hubiera reflexionado. Pero es que los hombres amamos el peligro y no nos damos cuenta de que lo más valioso que tiene el hombre es su fe, en Cristo Jesús.
Y es que la experiencia nos va llevando a la cordura, pero tenemos que reconocer que hemos llegado tarde a ver las cosas como son en verdad, y a fuerzas de fracasos hemos andado por ciertos caminos sin tener el en cuenta el peligro en el cual hemos podido caer. La vida es un camino que hay que andar siempre agarrados a la prudencia. Que es una regla de oro.
16-03-24
“Señor no me dejes caer en la tentación y líbrame de todo mal”
Estas palabras del padrenuestro son las que Cristo nos enseño cuando los discípulos le dijeron Señor. Enséñanos a rezar, quizás el padre nuestro sea la oración que más se ha repetido a. través de los siglos y seguirá repitiéndose hasta el final de los siglos.
Quizás sea un servidor uno de los que no haya reflexionado sobre la importancia que tiene el padre nuestro por haberlo rezado con la rutina de siempre uno detrás de otro, pero hoy quiero hacerlo, porque cuantas veces a lo largo de mi vida el Señor no me ha dejado de caer en la tentación.
Y él ha estado a mi lado para líbrame de los peligros en los que he incurrido por no pensar lo suficiente, pero es muy cierto que el necio a través de sus fracasos va cauterizando sus heridas, cuantas veces por necedad he incurrido en alguna falta que hubiese podido evitar si la hubiera reflexionado. Pero es que los hombres amamos el peligro y no nos damos cuenta de que lo más valioso que tiene el hombre es su fe, en Cristo Jesús.
Y es que la experiencia nos va llevando a la cordura, pero tenemos que reconocer que hemos llegado tarde a ver las cosas como son en verdad, y a fuerzas de fracasos hemos andado por ciertos caminos sin tener el en cuenta el peligro en el cual hemos podido caer. La vida es un camino que hay que andar siempre agarrados a la prudencia. Que es una regla de oro.
16-03-24